Núria Font: Borrar los límites de la creación

Núria Font: Borrar los límites de la creación
Fecha de publicación: 
4 Abril 2012
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El VII Festival Internacional de Videodanza “DV Danza Habana, Movimiento y Ciudad” trajo, en una primera etapa, a Núria Font, una mujer que ha dedicado buena parte de su vida a trabajar con imágenes. Núria Font es, además, realizadora de vídeo y comisaria; directora de proyectos culturales relacionados con el vídeo, la videodanza y las artes electrónicas, así como de varios festivales.

Esta catalana inquieta dictó el taller “Videodanza: Producción y Creación”, que estuvo dirigido a coreógrafos, bailarines y realizadores de video. El objetivo del laboratorio fue la creación de varias piezas cortas de videodanza, inspiradas en una canción o pieza musical.

El reto consistía en huir de los tópicos propios del videoclip, centrando la atención en la interpretación, el movimiento, y la composición en el espacio. El proceso de creación permitió analizar y desarrollar todos los aspectos relacionados con la idea y conceptualización, el guión de trabajo, la creación del movimiento y la dramaturgia, así como la manipulación de la cámara y de las herramientas para la edición. Aprovechando un breve descanso durante el taller pudimos conversar con Núria Font, Premio Nacional de Danza de la Generalitat de Catalunya 2009.


¿Cuál es el objetivo de este taller y cómo se ha desarrollado?

El objetivo es incentivar y motivar a los que participan, para que puedan desarrollar piezas de videodanza. Es una primera y gran experiencia, porque no se puede enseñar videodanza en una semana. Lo que hago, básicamente, es lanzar un montón de información, hacer que la cabeza se ponga en funcionamiento, que tengan parámetros, puntos de vista, ideas claras de cómo uno se pone al frente de un proyecto como este, para que después los participantes puedan desarrollarlo.

De todas maneras en este taller, desde el principio, nos pusimos como objetivo que salieran unas cuantas piezas, aunque fueran sencillas, aunque fueran trabajos en procesos. No con la voluntad de que fueran grandes obras, porque en una semana no se puede hacer tanto, sino que la práctica de una idea propia, es una de las maneras de aprender rápido. Es decir, si tú tienes que enfrentarte a tu propio proyecto, automáticamente la exigencia de ti mismo es mucho mayor, más que si te pones a escuchar o a mirar una práctica sin ningún objetivo concreto.

No hay muchas leyes en la creación. La creación es un acto individual o colectivo, pero es un acto en el cual todo se va poniendo sobre la marcha. Evidentemente trabajamos con las herramientas audiovisuales, por lo tanto conocerlas es imprescindible para hacer una creación, pero en una semana tampoco tengo tiempo para enseñar el uso de las herramientas audiovisuales. De hecho hay gente en el taller que tienen bastantes ideas. Lo que hacemos es recordar algunas cosas, provocar las ganas de trabajar con los contenidos, y si alguien ve que realmente le interesa, ya se buscará la vida para entrenarse en un taller de herramientas específicas de lo que le falte.

Desde el primer momento nos propusimos que hubiera gente tanto del mundo de la coreografía e interpretación de la danza, como artistas visuales, para hacer que trabajasen en comunidad. Esto ha ocurrido un poco aquí. Hemos visto claramente que en los proyectos donde había personas que tenían una experiencia en video, la calidad del producto en el sentido técnico y formal fue mejor. Pero mejor para mí no solo significa esto, mejor para mí significa que las ideas y el contenido de la obra estén ahí.

Mi insistencia básica en el laboratorio es que la gente comprenda que enganchar cuatro imágenes bonitas y hacerlas simpáticas para que nos riamos, es fácil. Es algo que está en manos de todos. Si viajas por Youtube, que es el gran almacén del audiovisual mundial, te encuentras millones de videos, porque con las nuevas técnicas digitales es fácil hacerlos. Salen mejores o peores, con buena o mala calidad, pero están. Lo que es difícil es tener una idea y hacer que esa idea se escriba en imágenes. Fíjate que cuando entramos en el colegio aprendemos a escribir, y aunque estudies siempre hay gente que para explicar una idea escribiendo, le cuesta muchísimo trabajo, pero es algo elemental que aprendemos desde el principio.

Con las imágenes viene a ser un poco lo mismo. Se ha convertido en una herramienta que usamos con facilidad y que ahora es mucho más accesible que hace algunos años. Antes el cine era para “cuatro privilegiados”, ahora con las cámaras de video todo es más fácil. Entonces es una herramienta que deberíamos empezar a utilizar desde pequeños, de manera que la escritura con esta herramienta fuera una cosa que vas aprendiendo, que vas asimilando, y que cada uno vaya cogiendo su propio pulso.

Lo que pretendo básicamente es que la gente piense que para hacer una obra artística, una obra de creación y que vaya más allá de un puro juego formal, estético, simpático, humorístico, pues hay que tener ideas y esas ideas hay que plasmarlas en imágenes.

Cuando hablamos de ideas en el taller, son ideas que se expresan con el cuerpo, es decir, no son narrativas, convencionales, como estamos habituados en el cine, no son ficción común y corriente, sino que intentamos buscar historias, incluso pero que se cuenten a través del gesto, que es la herramienta básica de la gente que está interesada en este taller. Vienen fundamentalmente del mundo de la danza, que es tan abierto y donde te puedes encontrar una cadena de movimientos compleja, o un pequeño gesto, pensado de una forma que sea coreografiado. Entonces es danza también.

¿Cómo ves que ha influido el tema de las nuevas tecnologías en el desarrollo de la danza?

En Europa es brutal, es impresionante, porque son herramientas que ayudan, no solamente en la creación audiovisual, sino también en la creación y representación escénica, con la incorporación del video y de sistemas interactivos en la creación de espectáculos.

Directamente es que no se puede vivir sin imágenes y sin tecnologías. No vivimos sin tecnología. Nos influye en nuestro día a día, en nuestro sistema de comunicación. Desde el más sencillo y puro acto, como llamar para quedar con alguien desde un teléfono móvil, hasta  las aplicaciones de los Smartphone, las tecnologías de comunicación, lo que llamamos teléfonos inteligentes. Además de lo que significa internet con los sistemas de producir, de visionar y también de crear espectáculos. De alguna manera cualquier actividad acaba siendo influenciada por las nuevas tecnologías. Hay algunas obras donde son visibles, están ahí, se plasman, y hay otras en que no tienen por qué tener una visibilidad, a lo mejor están solo en el sistema, en cómo se promocionan o se publicitan.

Pero todos tenemos que documentar nuestras piezas para poderlas guardar como memoria. Las nuevas tecnologías sirven para todo, tanto para la creación propiamente dicha, hasta esos límites donde la interacción en el escenario, donde en un momento determinado conviven lo presencial del intérprete con el sonido o las imágenes creadas por el propio intérprete y ser manipuladas por él. Es lo que llamamos sistema interactivo creado para el escenario. Por otro lado, las nuevas tecnologías funcionan simplemente como método de creación a través de las redes sociales, etc.


¿Cuál será la tendencia de los festivales de danza en la medida que las nuevas tecnologías sigan integrándose a las creaciones de esta manifestación del arte?

Pienso que en la medida que los artistas las asimilen más, que la sociedad las vayan integrando, será más fácil para programar. Ahora te encuentras creaciones de danza y tecnología en muchas programaciones estables. Por ejemplo, yo dirijo un festival en Barcelona, Teatro y Tecnología, que es la nueva imagen de danza y nuevos medios, que te va dando un sentido, porque todavía hay gente que no está acostumbrada, pero seguramente dentro de unos años no tendrá ningún sentido ignorar estas tendencias, tendrán que estar incluido en la programación de un evento de creaciones artísticas en general.

Lo que pasa es que el ser humano es tendencioso y busca aquellos sitios donde están los temas que les gusta, y tratará de estar en los eventos que están comisariados y encaminados. Pero el sentido de mi festival, por ejemplo, es dar a conocer obras que no están en los circuitos. Como directora artística del festival, lo que trato es de buscar la diferencia, o incluso las piezas con riesgo, esas que están en una cuerda experimental y les cuesta trabajo estar en los circuitos convencionales. Pero en estos momentos en una programación estable en Barcelona, te encuentras tecnología en muchísimos espectáculos.


Dices que te gusta mucho La Habana como locación, ¿te interesaría venir a La Habana a experimentar con bailarines cubanos?

Me encantaría y ya es un hecho. En 2004, vine con la realizadora inglesa Margaret Williams. Trabajamos con Danza Contemporánea de Cuba, con un videodanza, que se llama Yo Cuba. Hace dos años lo enseñé aquí, porque me di cuenta que no se había mostrado en La Habana. El trabajo se pasó en la televisión británica y fue una experiencia fantástica.

Pero sí me gusta muchísimo La Habana, también me gusta la tradición y la relación que tiene el pueblo cubano con la danza, con el ballet, algo que no pasa en España, por ejemplo. Allí es una cosa minoritaria, en Cuba la danza está más apreciada que en otros países, por tanto esto es un valor añadido fantástico. Entonces, creas ya con la conciencia de que existe un posible público para lo que vas a hacer, un público fácil, que está ahí.

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