Alimentación forzada, una tortura más en cárcel EE.UU. en Guantánamo
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Las peticiones por detener la alimentación forzada a huelgusitas en la cárcel de Estados Unidos en Guantánamo, en la región oriental de Cuba, crece hoy en la misma medida en que se suman voces por el cierre del penal militar.
Guantánamo ha vuelto a las noticias de una manera seria por los mismos hombres confinados allí, quienes lo han hecho posible con los únicos medios pacíficos que tienen a su alcance para exigir: sus vidas.
Al cumplirse el fin de semana 100 días del inicio del ayuno, las autoridades anunciaron que se han producido varias "alertas amarillas" o estados de emergencia médica temporales, una de ellas luego de hallar a un recluso aparentemente inconsciente en el penal, donde 30 de los 100 huelguistas son alimentados a la fuerza.
Un comentario de la televisora CNN señalo que si bien la auto-inanición es insoportable, constituye la única forma en que estos hombres "le han podido decir al mundo lo que significa ser injustamente detenido sin cargos ni juicio durante más de 11 años y que no haya un final a la vista".
La administración de la prisión ---ubicada en territorio usurpado por Estados Unidos a Cuba--- utiliza diferentes instrumentos de tortura para alimentarlos por la fuerza.
Según documentos revelados por la agencia de noticias Russia Today, en la instalación militar se utilizan distintos instrumentos para eso: los reos son esposados a una silla, para luego insertarles un tubo nasal que suministra el suplemento líquido.
Las llamadas sondas nasogástricas miden unos 60 centímetros de longitud y permanecen en las fosas nasales del recluso hasta que se compruebe que el suplemento nutricional llegó al estomago.
De forma adicional, los internos son trasladados a una celda que carece de agua potable, donde son sometidos a una vigilancia extrema para evitar que vomiten.
Uno de los abogados denunció que el personal de la instalación utiliza tubos de alimentación innecesariamente grandes y dolorosos.
Incluso los propios presos han expresado que sienten un fuerte dolor en el pecho, la garganta y el estómago cuando los hacen ingerir alimentos de manera forzosa.
Es una experiencia traumática, es como si una hoja de afeitar bajara por la nariz y la garganta, narran los presos.
La Asociación Médica de Estados Unidos condenó esta práctica por ser una violación de "los valores éticos fundamentales de la profesión médica" y las Naciones Unidas estimó que es una tortura y viola el derecho internacional.
El presidente Barack Obama, con unos cuantos torbellinos políticos sobre él, dijo ya que esta prisión "no es necesaria para mantener seguro a Estados Unidos. Es cara, es ineficiente, nos duele en términos de prestigio internacional".
También es ilegal e inhumana, como han advertido expertos de derechos humanos de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales. Obama retomó hace poco el incumplido compromiso de cerrar esta prisión y el próximo jueves pronunciará un discurso sobre política antiterrorista, señaló un funcionario no identificado, citado el domingo por el diario The Washington Post.
La fuente especificó que el gobernante hablará sobre el polémico programa de aviones no tripulados o drones y el cierre de la prisión militar, calificada de agujero negro en materia de derechos humanos, a tono con criterios de activistas.
Para distintas agrupaciones y expertos la huelga de hambre que comenzaron el 6 de febrero un centenar de los 166 presos confinados en Guantánamo abre numerosas interrogantes sobre los abusos que cometen allí los militares.
Obama prometió clausurar el centro en el primer año de su llegada a la Casa Blanca en enero de 2009; sin embargo, es ahora que volvió sobre el asunto, un poco bajo presión.
La Alimentación forzada en Guantánamo no es algo nuevo, y al igual que la detención indefinida, la práctica ha llegado a caracterizar la prisión.
En 2005, cuando tuvo lugar allí la primera huelga de hambre masiva, la administración de George W. Bush respondió también con la alimentación forzada, recuerda a CNN.
Entonces los hombres luchaban por el debido proceso y el acceso a los abogados, ocho años más tarde la administración Obama recurre a similar método y los mismos hombres piden que se ponga fin a la detención indefinida.
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