Andy Pereira y Moisés Campos: ¿Nuevamente a bailar con la más fea?

Bailar con la más fea, en casa del trompo si se quiere, a pesar de que París, sede del Mundial de Tenis de Mesa hasta el próximo lunes, no es un refugio habitual para la elite de la disciplina, al punto de que Adrien Mattenet, su exponente mejor ubicado en el ranking comandado por el chino Xin Xu (2 964), aparece situado en el lugar 27 gracias a 2 249 puntos.

Eso sí, el galo está en una posición de extremo priviegio con respecto a los cubanos Andy Pereira (207-1 737) y Jorge Moisés Campos (337-1 509), inmersos en la cruzada mundialista, en gran medida gracias a las becas que poseen en el Centro Internacional de entrenamiento de Köping, Suecia. En el caso de Andy desde hace casi seis años, Moisés dos. Ese campo de entrenamiento especial les posibilita su inserción en el circuito pro-tour, amén de que en esas paradas del denominado Grand Prix del ping-pong al igual que ahora en la Ciudad Luz tengan que batirse con la crema y nata del deporte.

Por ahora y sin exigirse mucho, los dos abrieron con buen ritmo en la cita universal: Andy dominó con facilidad el grupo 26 del total de 113 convocados antes de la ronda de 128 raquetistas. Dispuso 4-0 y 4-1, respectivamente de Dovran Goekgayev, de Turkmenistán, y Veniamin Dubrovin, de Moldavia, en tanto Moisés, hizo sus deberes en el apartado 65, al inclinar con idénticos parciales al barbadense Trevor Browne y el peruano Diego Rodríguez, por ese orden. Mañana ambos combinarán esfuerzos para tratar de avanzar en dobles, donde tendrán net por medio en su primer desafío a la dupla guatemalteca de Kevin Soto-Hever Moscoso.

De vuelta al excelso top-ten de la modalidad, reservado casi exclusivamente para jugadores de ojos rasgados constatamos que a Xu lo escoltan sus coterráneos Long Ma (2 929), Hao Wang (2 833) y Jike Zhang (2 828). Solo los alemanes Timo Boll (quinto-2 663) y Dimitrij Otcharov (séptimo-2 614) han sido capaces de ganarse a remate limpio su membresía en el selecto club que completan el taipeiano Yuan Chih Chuan (sexto-2 626), los también exponentes del gigante asiático Lin Ma (octavo-2 599) y Liqin Wang (noveno-2 544) y el japonés Jun Mizutani (2526).

Ya habíamos comentado en otra ocasión la enorme influencia e incluso éxodo de jugadores de origen asiático hacia otras latitudes. Al igual que en el badminton, el fenómeno de la nacionalización golpea, América no está exenta y,  por ejemplo, entre los 100 punteros del escalafón sorprende ver al brasileño de origen japonés Cazuo Matzumoto (54-2 120), el “español” Zhiwen He (75-2 055) y el canadiense Eugene Wang (83-2 040), a los que se suman el “dominicano” Ju Lin (104-1 981) y el argentino Song Liu (136-1 895), por solo mencionar algunos. Como era de esperarse, todos ellos sumados al festín parisino.

En lo personal creo que tanto Andy como Moisés cuentan con sólidos argumentos: poseen buen servicio, potencia física para disputar partidos extensos y técnicamente atacan y bloquean bien, tanto por su derecha como de revés. Sucede que para escalar al más alto nivel se necesita de kilometraje, una sangre fría endemoniada, curtida al calor de mil batallas y partidos disputados, capaz de mover, variar efectos y adquirir una capacidad de anticipación y respuesta ante situaciones de juego en extremo tensas, justamente lo que adoleció el zurdo capitalino de 24 años Pereira ante el italiano Mihai Boboccica (89-2 022) en los Juegos Olímpicos de Londres. Boboccica le supera con creces, pero ese contundente 4-0 con tanteadores de 11-6, 11-7, 11-3 y 11-4 no reflejó realmente la calidad del antillano, como tampoco la diferencia entre uno y otro tenista, a pesar de la distancia que los separa en el ranking, es tan abismal.

Precisamente con la fe depositada en Andy y Moisés para que continúen avanzando en el pedestre schedule y sus mejores ubicaciones en el escalafón me despido. Puede que cuando muchos hayan leído estas líneas su sentencia o boleto a la siguiente fase esté firmada. Tengan la seguridad que ambos saldrán a intentar resolver o más bien liquidar sus duelos correspondientes, Andy pensando en ese escaño 164 que le deparó el mes de abril del 2012, amparado en 1 794 rayas, Moisés persiguiendo el escaño 324 de agosto, cuando acumuló 1 511.