Poesía de Waldo Leyva en la Feria

Otro libro para Margarita. Otros, para ser más exacta. Dedicados a la esposa en la primera página y a los amigos, a la memoria, a la vida que transcurre como un ciclo, a verdades antiguas, nuevas y eternas, de modo que podemos sentirnos parte de esta entrega poética que Waldo Leyva presenta en la actual edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana.

Intimidad de la madera y Cuando el cristal no reproduce el rostro, son los volúmenes del mencionado autor que acaba de publicar la editorial Letras Cubanas, el primero con diseño y cubierta de Alfredo Montoto.

Waldo Leyva es “un poeta que se cita de memoria”, en cuyos versos “lo íntimo se vuelve universal y lo universal se vuelve íntimo, porque no es el tema el que busca la emoción, sino la emoción la que busca el tema… él es dueño de la palabra exacta…”, afirmó Fidel Antonio Orta durante la presentación de los textos.

Nada humano es ajeno en esta colección de poemas, cada uno de los temas que estremecen, las emociones, el plano más íntimo de las sensaciones del hombre, sus miserias y sus bondades, sus necesidades espirituales, sus temores y esperanzas, la alegría, la soledad, el amor y la amistad, el recuerdo, la vida misma, coexisten en estas estrofas.

Cartas escritas a la esposa desde una lejana y beligerante Angola, cuestionamientos sobre la muerte, una explícita añoranza por los amigos ausentes, la presencia orgánica de Cuba, palabras que suenan a confidencias o desahogo, la carga psicológica de frases ante las que no hay de otra que pensar: esto pude haberlo escrito yo, si fuera poeta, provocan cierta complicidad, cierta conexión con aquellos “íntimos temblores” del autor.

Con su obra, Waldo nos propone una especie de rompecabezas, consideró Karel Leyva sobre la relación entre los dos volúmenes presentados, “porque cada libro no se repite, sino que se va complementando, se va haciendo nuevo, se van juntando las obsesiones de estos fantasmas, de estos reencuentros, de esta búsqueda que ha tenido el poeta.

“Esta quizás sea la esquina donde se unan el tiempo y la distancia, aquí se han borrado todos los límites, hay personajes como Margarita, como los amigos que no están, como los que deben volver necesariamente desde la infancia, para adentrarnos en el mundo poético de Waldo Leyva…”