García Portela, en audaz visión del paisaje

Una audaz visión de la unidad dentro de la fragmentación y la posibilidad de apreciar el bosque con los sentidos, distinguen la próxima exposición —«Tierra oscura»— del insigne paisajista Mario García Portela.

Apegado a los cánones academicistas, pero siempre con impronta renovadora, este artista celebrará sus 70 años de vida abriendo su próxima muestra, el próximo viernes a las cuatro de la tarde en la Galería El reino de este mundo de la Biblioteca Nacional José Martí.

En conferencia de prensa, García Portela destacó que la concepción que motiva la exposición va más allá del paisaje y se aplica, en sentido filosófico, al hombre, la familia y la sociedad contemporáneos porque cada vez todo se divide más y solo el amor puede ser capaz de mantener la unidad, aun en la distancia.

Explicó que se trata de nueve obras constituidas por 23 piezas, organizadas de un modo poco convencional porque se alejan del cuadrado o el rectángulo habituales, figuras con las cuales casi siempre se organizan los cuadros múltiples de un díptico, tríptico o conjunto de muchas partes.

También señaló que es un acercamiento preciso a los árboles para dar la sensación a quien mira de que puede transitar entre ellos, oler la tierra húmeda, las resinas, y notar las huellas depredadoras de la tala o la podredumbre que afectan cada vez más al entorno natural.

Imponentes resultan estas obras múltiples, en las cuales cada cuadro puede funcionar como obra independiente, pero que unidas transmiten un mensaje que obliga a reflexionar en el destino de la especie humana y su mundo.

Además de las audacias formales y conceptuales, también asombran el modo en que García Portela pintó estas obras, con su ya habitual reducida paleta de ocres, cienas y terracotas, en un minúsculo taller donde no podía apreciarlas en su totalidad.
 

Ello confirma que sus casi 60 años dedicados al paisaje de su natal Pinar del Río, los empleó tan bien, que de memoria puede recrearlos y signarlos con las intenciones humanistas que todavía posee en su juvenil e inquieto otoño creativo.