Guiñol Polichinela: el arte de los muñecos
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Muchos de los que en la actualidad disfrutan de los espectáculos, premiados por su calidad en numerosos eventos, desconocen que los orígenes de la agrupación se remontan al año 1962, cuando artistas aficionados, convocados por el pintor y diseñador René Rodríguez Muñoz, se unieron en torno a las figuras animadas.
Aquellos primeros pasos del trabajo con muñecos darían lugar al surgimiento, el 27 de noviembre de 1964, del Guiñol Polichinela, que llega hasta nuestros días en su sede habitual de la sala Abdala, para beneplácito y orgullo de los avileños.
Yosvany Abril, director del colectivo desde el año 2003, explica que a experimentados teatreros se unen jóvenes de procedencias disímiles como el movimiento de aficionados, la brigada de instructores de arte José Martí y la Escuela Nacional de Arte.
Ellos, junto a los técnicos, han labrado un camino de éxitos que trasciende las fronteras de la provincia y los sitúa entre los más relevantes del país en su especialidad.
Multipremiado en eventos nacionales, Polichinela apela a la creatividad de cada integrante para capear tiempos difíciles, construir títeres con materiales reciclados, diseñarlos y elaborarles el vestuario o adaptar sus presentaciones a escenarios heterogéneos.
Con un profuso trabajo comunitario, el Guiñol, como se le conoce en predios provinciales, es esperado cada semana en puntos de la ciudad capital como el Zoológico y el Bulevar, las salas infantiles del Hospital Provincial y la casa de niños sin amparo filial.
En su repertorio figuran obras como Lo que te voy a contar, Ruandi y La zambumbia de los comejenes, algunas de ellas con más de una veintena de premios en eventos de esa disciplina en Camagüey, Las Tunas y Santiago de Cuba.
Yosvany Abril, director del grupo de teatro Polichinela, de Ciego de Ávila, Cuba, el 5 de noviembre de 2019. FOTO: Osvaldo Gutiérrez Gómez / ACN
Destaca igualmente el constante quehacer del conjunto en aras de su superación y las iniciativas que despliega para contribuir al desarrollo del trabajo con marionetas para los infantes.
Sobresalen en ese empeño la organización de las jornadas nacionales denominadas Títeres al Centro, que este año celebraron su novena edición, con la asistencia de grupos de varias provincias y actuaciones en zonas rurales, así como la realización de talleres con niños de cinco a 13 años, en los que se imparten clases de actuación y manipulación de títeres.
Su profesionalidad ha quedado demostrada en festivales como el Máscara de Caoba, en Santiago de Cuba; Tunitas, de la provincia de Las Tunas; y el Nacional de Teatro, y también en sus presentaciones internacionales como el Festival Titirimundi, en Segovia, en 1990; y en el Festival Iberoamericano de Cádiz, en 1998, donde recibió el aplauso de un exigente público.
La entrega del Premio Ornofay, otorgado por el Centro Provincial de Patrimonio, al teatro Guiñol Polichinela por su aniversario 50 y, más recientemente, la nominación de su director Yosvany Abril al premio Caricato 2018, dan fe del tesón, audacia y creatividad del colectivo y de su principal figura impulsora.
El camino desandado hasta ahora, a la par de mantener ademanes y técnicas consolidadas con la experiencia, busca oportunidades para acercarse a una nueva estética y realzarla para atrapar la atención de los nuevos espectadores, como antes sucedió con sus padres o abuelos.
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