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especiales
Es emocionante leer esta vivencia, sobre todo si una es también universitaria. Diariamente voy a F y 3ra, y pienso que quizá pude ser yo, o alguno de mis compañeros los que tuviésemos el inmenso honor de conversar con el Comandante, no solo por tener la historia del otro lado del teléfono, sino porque me impresiona su sarcasmo tan sano y sus lógicas reflexiones que hasta hacen reír. Sin dudas, Fidel es un padre de todas las generaciones, y esta juventud lo admira y quiere mucho. Ojalá todos los días sonara el teléfono y se escuchara su voz del otro lado.
21 Noviembre 2011, 10:05 pm
Lisa Robaina Acosta