¿Y cómo queda ahora Milei?
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Milei conformó una Mesa política nacional con funcionarios propios y llamó al diálogo a los gobernadores. Imagen: NA
Los resultados en las elecciones parlamentarias en la provincia de Buenos Aires pueden suponer un antes y un después en la realidad política argentina, en detrimento de “La Libertad Avanza”, la estructura partidaria del mandatario argentino, Javier Milei.
Fuerza Patria, los peronistas, ganó holgadamente con un 47,07% vs 33,82% para La Libertad Avanza; esto supone una mayoría parlamentaria provincial, con 13 senadores y 21 diputados. Y ocurre no en cualquier lugar, sino en el territorio que reúne casi el 40% de los electores de todo el país.
Ciertamente el peronismo, para el caso Fuerza Patria, siempre ha contado en el pasado con el control de este territorio, incluido el gobierno provincial y la mayoría de las intendencias, pero al parecer ahora avanzó más, destacándose por ejemplo el haber ganado en la denominada cuarta sección electoral, después de 20 años sin haberlo logrado, donde hay 19 municipios, en la zona norte de la provincia.
Esta convincente victoria estuvo precedida de positivos resultados para la oposición peronista, en elecciones parlamentarias provinciales en Córdoba, y para la elección de convencionales para reformar la constitución provincial de Santa Fe.
Con independencia de los propósitos de estos convites electorales, el peronismo ganó en estas provincias donde había perdido en las presidenciales del 2023, así como en lugares importantes como la capital provincial de Santa Fe. Ambos territorios suman alrededor del 16% del electorado nacional. Es decir, junto a Buenos Aires, los peronistas cosechan el apoyo territorial donde vota aproximadamente el 56% de los argentinos.
El asunto no se limita a estos procesos provinciales. En el balance de votaciones en el Congreso a nivel nacional o federal, también es apreciable la pérdida sostenida del mileismo, donde suelen sumársele el derechista PRO, del ex mandatario Mauricio Macri, y facciones de la histórica Unión Cívica Radical.
En el Congreso argentino interactúan varias dinámicas, donde en ocasiones los resultados de lo que acuerdan tiene que ver poco o menos con el tema a debate, y más con el intercambio de favores entre el gobierno federal y los gobernadores provinciales, que deciden tras bambalinas que hacen los legisladores, seleccionados y apoyados desde cada provincia de origen. Bajo esta lógica Milei había logrado imponer decisiones, a pesar de no poseer una bancada propia capaz de hacer acordar nada.
Pero esto al parecer también se acabó. Recién, unos días antes de la votación en Buenos Aires, el Senado rechazó el veto presidencial a una legislación que imponía recursos de apoyo a las personas discapacitadas. Previamente los legisladores enviaron para atrás en otros momentos cinco decretos presidenciales y para peor, por su peso simbólico, reactivaron la comisión investigadora por el caso de la criptomoneda $Libra.
Y a propósito de la tal criptomoneda, el asunto sirve para comprender ese lado siniestro de La Libertad Avanza, que debe parte de su popularidad al discurso incendiario de Milei contra la “casta”, entendida como los políticos corruptos que han desangrado el país; es decir, justamente lo que es Milei y compañía.
El mandatario, cabeza visible esa “casta”, suma escándalos de corrupción como esta millonaria estafa de $Libra, que discurre incluso por tribunales en el exterior, o el último y más rutilante que involucra a la hermana y secretaria general de la presidencia, Karina Milei, y otros bandidos del entorno cercano del mandatario, que organizaron un esquema de desvío de dineros nada menos que de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) la misma cuyos recursos el Congreso intenta salvar.
También la “casta”, la verdadera está integrada y comandada desde luego por una oligarquía rancia e inescrupulosa, que construyeron a un personaje como Javier Milei, para que intentara desbaratar la especie de estado de bienestar impulsado en los últimos 20 años por el kirchnerismo, reduciendo el Estado a la gestión de una fuerza represiva, que garantice el desmontaje.
Esta oligarquía o “casta real”, se conforma con un selecto y concentrado grupo de empresarios millonarios, que esperan controlar aún más sectores como el energético, siderurgia, infraestructura y aeropuertos, tecnología, finanzas, farmacéutica y los principales medios de comunicación, entre otros. En su mayoría estrechamente asociados a trasnacionales estadounidenses y europeas, incluso algunos cotizan en la bolsa de Nueva York.
Lo ocurrido en Buenos Aires puede ser el preámbulo de las previstas para el muy cercano domingo 26 de octubre, cuando se celebraran las elecciones legislativas nacionales, clave para definir el equilibrio de poder en el Congreso. Milei espera desde luego hacerse con una mayoría, la que no obtuvo en las presidenciales, cuando también se eligió a una parte de ese legislativo y que como se aprecia se comporta cada vez más esquivo.
Milei, también va barranca abajo en cuanto a su popularidad, pasando de más de 60% en enero del 2025, a tener en agosto alrededor del 39%, caída que se observa incluso en el universo paralelo de las redes sociales, donde el inquilino de la Casa Rosada pierde la mayoría de su tiempo presidencial, y tenía un importante acumulado a su favor.
Y era de esperar, Milei es el presidente que en menos tiempo impuso medidas ampliamente impopulares, no solo en su contenido que sería suficiente, sino en la forma que las comunicó con una retórica hiper agresiva, descalificando de forma ordinaria y soez a sus opositores, ejemplo de cuando la descortesía si muestra la falta de valentía.
La política exterior del actual gobierno argentino merecería un análisis aparte porque tiene menor peso en la voluntad electoral de los argentinos. Pero si es útil establecer su naturaleza subordinada en modo bochornoso a EEUU, que incluye apoyo al genocidio sioinista en Gaza o a las peores causas en Nuestra América.
En todo caso, lo que pasó en Buenos Aires el 7 de septiembre es un paso más en lo que muchos esperan ocurra en Argentina, el arrinconamiento o debilitamiento político de uno de los peores mandatarios de ese país, que allane el camino a su salida del gobierno, por la vía electoral o por una revuelta popular, como ya ocurrió con Fernando De La Rúa hace 24 años.
Prever que pasará en este país austral, tan cercano a Cuba es tarea muy complicada. Ya se sabe, no basta con que Milei trabaje a favor de su propia derrota, hace falta que los llamados a ese desenlace sepan cómo vencerlo; pero esa parte de la historia habrá que preguntársela a los argentinos de bien, a los que creen que solo la unidad mueve montañas.
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