Venezuela: ¿De vuelta a la zanahoria y el garrote?

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Venezuela: ¿De vuelta a la zanahoria y el garrote?
Fecha de publicación: 
18 Septiembre 2025
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Richard Grenell en Washington el 19 de mayo de 2025. JIM WATSON/AFP/AFP via Getty Images

En medio de las refriegas contra narco lanchas hundidas o ocupadas por parte de los Piratas del Caribe 2.0, es decir el contingente aeronaval desplegado contra Venezuela, aparece ahora, como el que no quiere las cosas, Richard Grenell. 

Grenell, es el enviado Presidencial para Misiones Especiales, también amigo personal de Donald Trump y puntualmente encargado de las negociaciones con Venezuela; se le recuerda por haber sostenido este año al menos 2 encuentros con el mandatario venezolano o algún representante de este, y gracias a esto, los dos gobiernos han arribado a acuerdos, de utilidad para ambas partes. 

Por estas horas Grenell asistió como invitado especial a la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), instalada en Asunción del Paraguay, la crema y nata de la ultra derecha, donde habló de su labor diplomática y cuales han sido las políticas de su país respecto a terceras naciones.

En ese contexto, Grenell aseguró que “He ido a ver a Nicolás Maduro, me he sentado enfrente de él, he articulado la posición de ‘Estados Unidos primero’. Entiendo lo que él quiere. Creo que aún podemos tener un acuerdo, creo en la diplomacia, creo que en evitar la guerra”, según lo que convenientemente trascendió a los medios, publicitado por la CNN en español y retomado por otros medios como Telesur.

De estas “polémicas” opiniones del hombre de Trump para Venezuela, se pueden desprender varias miradas, lejos aún de consideraciones acabadas, porque la manipulación informativa campea por su respeto en esta historia y en definitiva, la verdad suele ser la primera víctima de las guerras y en está en particular desde el país agresor, EEUU. 

Empezar por lo obvio; Grenell aparece al menos en las apariencias, desenganchado del resto del gobierno imperial, en particular del artífice de este aquelarre, el super secretario Mr. Rubio, que inventó una causa beli que conduzca a una acción lo más relámpago posible, para habilitar el “cambio de régimen” en Caracas.

¿Quién dice la verdad de cuáles son las reales intenciones del jefe Trump? respecto a cómo proceder con Venezuela, ¿Grenell o Mr. Rubio?. Menudo desafío aclarar este asunto porque lo conocido favorece a Grenell, pero en paralelo, que pasará con los mencionados Piratas del Caribe 2.0, de alto costo operativo y escaso rendimiento, a tenor por las tres o cuatro mini embarcaciones atacadas, que exhiben como únicos “logros”. 

Otra pregunta, ¿se trata entonces de aquella vieja política roosveliana de la zanahoria y el garrote? También conocida por “Big Stick and Carrot" en inglés, se aplicó por primera vez en 1904 en el marco del conocido Corolario Roosvelt a la Doctrina Monroe. Esta incluyó la denominada diplomacia “preventiva y disuasoria”,  presume de presentar un equilibro entre “paz y fuerza”, que se resume en lo que califican “pragmatismo imperialista”, en pocas palabras, para justificar cualquier intervención hemisférica.

Sumado a lo anterior, está la proverbial forma de actuar del presidente Trump, inclinado a subir la parada en sus amenazas, coloquialmente hablando, buscando en rigor un término medio. También de Trump, se conoce que no tiene ningún problema en aprobar cualquier operación, no importa lo inmoral que sea, pero bajo la condición de que sea rápido, y ya este mega despliegue se está dilatando en el tiempo y en costos.

Pero supóngase que en efecto, la idea es seguir un curso de escalar a una inminente invasión, para en efecto obtener algún tipo de concesión de Maduro. Y surgen nuevas interrogantes, ¿qué espera Grenell, el seguro encargado de las potenciales negociaciones, obtener concretamente?.

Por caso, no tendría sentido por ejemplo pedirle a Maduro que disuelva el Clan de los Soles y deje de enviar drogas a EEUU. Grenell seguro sabe que no existe tal cartel ni que el gobierno venezolano envíe drogas a EEUU. Por tanto no iría a ninguna parte el intercambio bajo esta cuestión.

Forzando los temas, o refrescando viejas demandas, Grenell podría embarcarse en pedir nuevas elecciones o menos “represión” pero recuérdese, esos asuntos nunca fueron de verdadero interés de las autoridades estadounidenses.

Menos ahora que convencieron al Jefe Trump de eliminar a la Revolución bolivariana, por un supuesto criminal, y que no buscan cambiar el régimen, tomando en cuenta lo prometido por el presidente, en su reciente visita a Medio Oriente, donde aseguró que EEUU no colaboraría “nunca más” en algo así, a tenor con las exigencias de las bases de MAGA.

Una curiosidad que no se puede pasar por alto es el lugar donde Grenell se sinceró, donde obviamente se salió del libreto establecido por Mr. Rubio, como se dijo en un evento que reúne a la ultra derecha americana e invitados de la Unión Europea. Desde luego, si en algo tienen consenso los asistentes es en acabar lo antes posible con Maduro.

Se da por sentado que Grenell no fue al evento de turista, que claro, fue enviado por el Jefe Trump y para que dijera lo que dijo. Y sobra destacar que era el peor lugar para hablar de paz con Venezuela, o quizás el mejor, para que se entienda cual es al menos una de las líneas de Trump, el jefe supremo de la ultra derecha universal. 

De cualquier forma y más allá de lo que piensa hacer Trump con Venezuela, aplicar la variante Grenell o la no variante Mr. Rubio, lo que es inocultable es que en el seno del gobierno imperial se visualizan eventualmente dos líneas y puede hablarse de una tercera, más encubierta.

La que tiene mayor relieve y desde luego la más peligrosa, no solo para Venezuela por cierto, es la que impulsa Mr. Rubio que de prosperar, lo colocaría en una especial y privilegiada posición para su futuro político, es decir, vital para el personaje. 

Está la de Granell, ampliamente abordada y la menos visible pero no menos importante, ¿qué están sugiriendo o que están cavilando los jefes militares estadounidenses?, que son los que pondrán los muertos en cualquier variante bélica.

Mientras tanto, la Venezuela heroica mil veces, sigue con admirable prudencia y eficiencia sus preparativos esperando lo peor, como dicen los estrategas militares cuando evalúan los posibles escenarios de un conflicto. Acompañando el despliegue de milicias y fuerzas armadas bolivarianas, asombra las capacidades para generar dinámicas políticas, que tributan a la unidad interna o las iniciativas comunicacionales con relevantes resultados en tiempo y forma.

Si Grenell se estudia la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, probablemente se convenza de que la única opción posible es el respeto de la soberanía venezolana, y que desde luego ni siquiera él, el negociador, tiene algo que hacer en la tierra de Bolívar y Chávez.

 

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