“Solidaridad” imperial: Arma mercenaria para los nazis

Todo vale contra Rusia, esa es la política que practica el Imperio en el capítulo ucraniano, y entre todas las medidas antirrusas para destruir a la nación euroasiática está la ya utilizada arma mercancía, que tantas víctimas inocentes ha cobrado.

Así, remanentes del Estado Islámico o Daesh, utilizados para atacar a Siria, Iraq y Afganistán, han sido llevados a territorio ucraniano para insuflar energía a los elementos neonazis que controlan el poder, realizan genocidio en el Donbass y sirven de pretexto al Imperio para declarar una guerra económica contra Rusia, todo lo cual echa leña al fuego que cocina la olla de la Tercera Guerra Mundial.

A ese grupo del Medio Oriente se han estado sumando otros 20 000 mercenarios que llegan desde países europeos, y al respecto el ejército ruso advirtió que no tendrán estatus de prisionero de guerra y serán llevados ante la justicia por cargos penales.

El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, subrayó este miércoles, durante una sesión informativa sobre el desarrollo de la operación militar especial de las Fuerzas Armadas de Rusia sobre Ucrania, que ninguno de los mercenarios que Occidente envía a ese país para luchar por el régimen nacionalista neonazi disfrutará del derecho de los combatientes regulares ucranianos, según el Derecho internacional humanitario.

El funcionario afirmó que todos los actos de sabotaje por mercenarios en Ucrania se estaban llevando a cabo con el uso de armas proporcionadas por Occidente. También denunció que esos extranjeros estaban atacando los convoyes militares y de suministros rusos y los aviones que brindaban apoyo.

OÍDOS SORDOS

“En los videos que los servicios secretos ucranianos difunden con fines propagandísticos como imágenes supuestamente filmadas por civiles locales, prefieren no ponerse frente a las cámaras”, dijo Konashenkov, quien agregó que, “en el mejor de los casos, pueden esperar ser procesados como delincuentes. Instamos a todos los ciudadanos extranjeros que puedan tener planes de ir y luchar por el régimen nacionalista de Kiev a que lo piensen una docena de veces antes de emprender el camino”.

Solo hace unos días unos 200 mercenarios de Croacia llegaron a través de Polonia y se unieron a uno de los batallones de nacionalistas en el sureste de Ucrania organizados por el ciudadano croata Denis Saler, quien participó en operaciones de combate en el sureste de esa nación en el 2015.

Asimismo, varios países occidentales intensificaron el envío de personal de compañías militares privadas a las áreas de operaciones de combate en Ucrania, donde atacan convoyes rusos de equipo militar y suministros logísticos y aeronaves que protegen a las tropas, como ya había denunciado Moscú.

Además, mercenarios extranjeros utilizan teléfonos de supuestos residentes locales en vídeos de propaganda difundidos por los servicios especiales ucranianos en las redes sociales.

En este contexto, cientos de ciudadanos extranjeros están tratando de abandonar la zona de operaciones de combate, pero no se les permite. Prácticamente los tienen como rehenes, ofreciéndose a evacuarlos a través de Lvov a Polonia. conduciéndolos a través de la zona de guerra, poniéndolos en riesgo.

Al respecto, el presidente ruso, Vladimir Putin, subrayó que “nuestros militares proporcionaron corredores en todas las zonas de enfrentamientos sin excepción y vehículos para que los civiles, los ciudadanos extranjeros, tengan la oportunidad de llegar a un lugar seguro. Recalco una vez más que los nacionalistas no les permiten hacer esto”.

Putin enfatizó también, que los nacionalistas ahora piden a los ciudadanos extranjeros que se dirijan a sus autoridades, quienes, a su vez, deben apelar al Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania. “Prácticamente, la gente es simplemente lanzada bajo fuego”, acotó el Presidente de Rusia.

AHORA IGUAL QUE ANTES

Tal como sucedió en el 2014, cuando el golpe neonazi en Kiev, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) interviene en Ucrania a través de ejércitos privados, y aunque se afirma que no quieren provocar una guerra directa con Rusia, de catastróficas consecuencias, la utilización de mercenarios contratados a empresas de seguridad privadas norteamericanas, tiene como objetivo el preparar una escalada de desestabilización y terrorismo.

O sea, esas organizaciones tratan de hacer lo que la OTAN no puede hacer abiertamente: capacitar a personas para la práctica del terrorismo.

Estamos hablando de la continuación de la política de intervención militar de EE.UU. en Ucrania, que ya había compensado con las continuadas masacres de civiles en la región del Donbass, financiada por los oligarcas ucranianos, bajo la coordinación secreta del Departamento de Estado de EE.UU.

Dentro de los asesores militares occidentales de la Guardia Nacional de Ucrania está integrado el personal militar de alto rango. Se supone que está allí para entrenar a los servicios de protección, pero no hay que excluir que esté asesorando igualmente sobre prácticas puramente terroristas.

Las propagando occidental habla de voluntarios y elementos supuestamente patrióticos que cruzan las fronteras con Ucrania armados hasta los dientes, con fuerte apoyo militar. Y es porque ni la OTAN y su guía, EE.UU. no van a reconocer nunca la presencia de estas fuerzas especiales, o por lo menos la disfraza, con actos de patriotismo solidario, pero que sólo tienen el asbesto propósito de promover la desestabilización en base a sus propios intereses y hacer más violenta la situación en Ucrania, ahora promoviendo ataques químicos, con el fin de seguir demonizando a Rusia.