Rusia-EE.UU.: Respuesta nuclear asegurada

Rusia-EE.UU.: Respuesta nuclear asegurada
Fecha de publicación: 
3 Febrero 2021
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Por supuesto que se debe hacer lo imposible para evitar una hecatombe nuclear, siempre en lontananza por la consabida agresividad norteamericana, embarrada, sí, embarrada, por aquello de no dejar que una o cualquier otra potencia atómica supere a Estados Unidos.

Así, se considera saludable que el flamante presidente Joe BIden abandone un tanto una palabrería salpicada de acciones antirrusas, para acceder a prolongar por otros cinco años la vigencia del tratado Start-3 con Moscú, que garantiza que ambas partes no se excedan de un número determinado de misiles con cabezas nucleares de largo alcance (1 700) y la parafernalia bélica que ello conlleva.

El presidente ruso, Vladimir Putin, aceptó con agrado la decisión de Biden, luego de que hace algunos meses el anterior mandatario, Donald Trump, había retirado a su país del acuerdo con Rusia sobre misiles con cabezas nucleares de corto y mediano alcance.

Días antes de la decisión de Biden, Putin alertó que se estaba manifestando una situación creada por Estados Unidos parecida a la que se había producido poco antes de la Segunda Guerra Mundial.

Y, a manera de disuasión, siempre alertando de que hay que evitar un conflicto que sería catastrófico para la humanidad, Moscú ha realizado maniobras bélicas en las que intervino armamento sofisticado de última generación, con algunas armas que expertos estadounidenses han admitido que son superiores a las que posee en estos momentos Estados Unidos.

Recordatorio

Meses antes de haber sido derrotado, al tratar de reelegirse presidente, Trump había amenazado con utilizar la fuerza nuclear “limitada” si sus tropas, aviones y barcos de guerra fueran atacados por “alguna oscura fuerza”, luego de haber recibido la advertencia rusa de que no lo hiciera, al tiempo que le acusaba de irresponsable.

Pero Trump sabía manejar sus cartas belicosas, para llevar al mundo al mismo borde del abismo, en un afán de crear tal situación internacional, que le haría ver como el gran salvador y evitar una posible derrota en las elecciones de noviembre.

El belicismo estadounidense subió de tono cuando tropas y armamentos de Rusia fueron enviados al norte y noreste de Siria para apoyar al ejército del país árabe en una posible confrontación con las huestes norteamericanas de guerra que se dedican principalmente a robarse el petróleo local y apoyar a grupos terroristas.

Pero esta situación creada fundamentalmente por la presencia militar norteamericana no es sólo el único foco de un conflicto aún mayor, porque, en su afán agresivo, Estados Unidos, su Departamento de Estado, pretende colocar ojivas nucleares “de baja potencia” en misiles balísticos ubicados en submarinos, pretextando lo que aún no ha podido demostrar: enfrentar nuevas amenazas potenciales de Rusia y China.

No sé qué posición adoptará Biden –si lo dejan discernir-, pero quedan las declaraciones de la portavoz del Ministerio de Relaciones, María Zakharova, recogidas en este portal:

"Cualquier ataque que involucre un misil balístico lanzado por un submarino estadounidense (SLBM), independientemente de las especificaciones de sus armas, se percibiría como una agresión nuclear. Aquellos a quienes les gusta teorizar sobre la flexibilidad del potencial nuclear estadounidense deben entender que, de acuerdo con la doctrina militar rusa, tales acciones se consideran una garantía de que Rusia aplicará represalias con sus armas nucleares".

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