El Dorian Grey gusano: Marco Rubio, baluarte de la NRA

Me sorprendió que la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por su sigla en inglés) no invitara a Rubio a su Convención en Texas, pero su principal defensor en el estado de Florida estaba acopiando su cuarto millón de dólares para asegurar su tercer mandato consecutivo de senador en las elecciones intermedias de noviembre próximo, además de que pudiera estar participando en alguna que otra fiestecita de celebración este domingo 29 de mayo por el aniversario 51 de su nacimiento en Miami.

El legislativo republicano de origen cubano, de presencia eternamente joven, es padre de cuatro hijos, pero esto no es obstáculo para defender a quienes le pagan, por lo que, tras la matanza de 19 niños y dos maestras en una escuela de enseñanza primaria en una pequeña localidad de Texas, siguió defendiendo a ultranza que ninguna regulación de armas puede prevenir los tiroteos en las escuelas. 

«El problema no es el arma de fuego, es el lunático», dijo Rubio al grupo de prensa del Capitolio después de que un joven en Texas que compró fácilmente dos rifles de asalto AR-15, pocos días después de su cumpleaños número 18 fuera autor de tan horrendo crimen.

«La verdad del asunto es que estas personas van a cometer estos crímene», dijo el engreído senador, atacando al periodista que lo presionó sobre su respuesta obviamente inadecuada.

Y redobló la apuesta más tarde en la semana, a medida que se conocieron los detalles de los asesinatos, proporcionando evidencia de que, de hecho, la teoría republicana del «buen tipo con un arma» no puede evitar que un asesino esgrima armas «inocentes» hechas para la guerra.

Pero las diatribas de Rubio no acabaron ahí, al descargar su furia contra el equipo de baloncesto Miami Heat por mostrar durante un partido un anuncio conmovedor que pedía una acción legislativa sobre el control de armas.

Relata Wilfredo Lee, de Associated Press, que «el Miami Heat, los Boston Celtics y los fanáticos hicieron una pausa en un momento de silencio por los muertos en la masacre de la Escuela Primaria Robb, en Uvalde, Texas, antes del Juego cinco de la serie de play offs finales de la Conferencia Este de baloncesto de la NBA en Miami. Momentos después, el Heat pidió a los fanáticos que presionaran a los senadores estadounidenses de Florida para que apoyaran las leyes de armas de sentido común, lo que provocó la reprimenda del legislador de origen cubano».

Hijo de los emigrantes cubanos Mario Rubio y Oriales García, ambos inicialmente de posición socioeconómica humilde, hizo creer que habían huido de la «dictadura» de Cuba, pero The Washington Post demostró fehacientemente que sus padres habían salido de la isla en 1956, cuando Fidel se encontraba exiliado en México, donde preparaba la insurrección liberadora.

Ante la revelación, el equipo de Rubio confirmó los datos al rotativo, que desde entonces se buscó el odio y los ataques del senador, quien mantuvo durante un tiempo en su biografía que sus padres «vinieron a Estados Unidos tras la toma del poder de Fidel Castro», así como que marca la importancia del «sueño estadounidense» en su vida.

Marco Rubio tiene mucha ascendencia entre la población floridana que, de una u otra manera, le favorece con su voto, no importa el lenguaje que utilice ni lo malsano de su contenido, lo que revela lo débil de lo que llaman democracia estadounidense.

No obstante, le ha surgido una rival fuerte en su estado, Demings, quien lamentó la masacre de Texas y criticó a Rubio por el tema de las armas. «Estoy destrozada por lo que pasó», dijo, y agregó: «Cuando nosotros, una vez más, como la nación más grande del mundo, vimos cómo 19 niños y dos adultos eran asesinados a tiros, maldita sea, podemos hacerlo mejor que eso”, porque tenemos la capacidad de «evitar que personas inocentes sean asesinadas a tiros».

«Su senador principal, Marco Rubio, solo ha ofrecido pensamientos y oraciones. No hay nada malo con los pensamientos y las oraciones, pero la fe sin obras está muerta. Ponte de rodillas y haz algo al respecto», dijo Demings.

Polémico

Marco Antonio Rubio ha recibido a lo peor de la escoria política en su feudo de Miami, como los colombianos Álvaro Uribe e Iván Duque, el peruano Mario Vargas Llosa, el español José María Aznar, el chileno José Antonio Kast, y muchos etcéteras, además de participar en eventos de toda índole para denostar a Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Asistió al evento contrarrevolucionario disfrazado de musical en la frontera colombo-venezolana, donde llamó a la Alta Comisaria por los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, a que «moviera las nalgas» y denunciara los supuestos abusos del presidente Nicolás Maduro.

Hace años sonó para la Presidencia, pero su cambiante postura sobre la inmigración y la irrupción de Donald Trump le truncaron el sueño de hacerse de la Casa Blanca. El legislador no cree en el cambio climático, tampoco piensa que el matrimonio homosexual sea un derecho constitucional. Y aunque hay varios videos donde dice que el sistema político de Estados Unidos no fue hecho para mantenerse en el poder, ya tiene, como mencionamos antes, cuatro millones de dólares recaudados para solventar su campaña por un tercer período de seis años como representante de Florida, constató Fox News.

En el 2016, por ejemplo, impresionó a varios, al anunciar que no buscaría la reelección al Senado, al tener la mira puesta en la Casa Blanca.

Cuando ese plan se volvió imposible, inició la marcha atrás con la campaña para mantenerse en el Senado, y lo logró con el apoyo de la comunidad latina y afroestadounidense.

Con todo, Rubio no solo tiene encontronazos con la realidad a la hora de mantenerse en el poder. De acuerdo a un análisis de la plataforma PolitiFact.com, del Instituto Poynter, el legislador tiende a emitir declaraciones que no siempre son verídicas.

En su perfil, Rubio totaliza 165 dichos estudiados, de los cuales solo 21 (un 12%) fueron 100% reales: 38 son considerados «casi verdad», 34 «medianamente ciertos», 39 «mayoritariamente falsos», 28 «falsos» y cinco son abiertamente mentiras.

Para la colega Ana Laura Palomino García, de Resumen Latinoamericano, Marco Rubio es hijo de sus propias ambiciones, que, a sus aclamadas cualidades de mentiroso, manipulador, traficante de influencias, se les puede agregar la de oportunista e intimidador, ya que no es nada tímido a la hora de gritar improperios y amenazar a un jefe de Estado como Nicolás Maduro.

No es un secreto que en las administraciones norteamericanas se venden muy bien las acciones en detrimento de las relaciones entre Cuba y EE.UU., que subieron en la anterior etapa de Trump y se mantienen a igual nivel en la de Biden, a pesar de promesas electorales al respecto.

Así, no es extraño que un oportunista como Rubio encuentre desbrozado el camino. El senador de Florida sabe que en EE.UU. enfrentar a Cuba es un negocio extremadamente rentable, del cual pretende seguir viviendo y enriqueciendo su legado.

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