Desarrollo responsable por el planeta

Desarrollo responsable por el planeta
Fecha de publicación: 
31 Mayo 2023
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Fotografía tomada de https://agenda2030lac.org

En septiembre del año 2015 los estados que integran la Organización de Naciones Unidas, ONU, acordaron aprobar la denominada “Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible” con la idea de transformar nuestro mundo, hacerlo más viable y frenar el daño que nosotros mismos le causamos a la humanidad. Con tal sentido se establecieron 17 objetivos que abarcan todos los aspectos vulnerables en la Tierra, y en los que debemos profundizar para corregir comportamientos y procesos que incrementan su deterioro. Algunas de las metas son la pobreza, la educación, la igualdad de género, el cambio climático y el medio ambiente. La iniciativa ofrece la oportunidad de mejorar cada sociedad y construir un mundo mejor.

Más de 150 jefes de Estado y de Gobierno suscribieron la Agenda 2030, y su aplicación inició en casi todo el mundo desde el primer día del año 2016. Desde entonces los esfuerzos se encaminan a alcanzar la meta de vivir con sostenibilidad. A veces pareciera utópico, y que cuesta demasiado trabajo porque, además, no nos queda mucho tiempo, pero solo se necesita voluntad y planes a nivel gubernamental con estrategias específicas.

Uno de los objetivos tiene que ver con garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Es difícil, pero no imposible. Consiste en promover el uso eficiente de los recursos y la energía, así como de las construcciones de infraestructuras que no dañen al medio ambiente; mejorar el acceso a los servicios básicos, y crear empleos ecológicos con buenas condiciones laborales, y bien remunerados. Si este punto pudiera cumplirse, favorecería la calidad de vida, rebajarían los costos económicos, ambientales y sociales.

El consumo y la producción sostenibles es el objetivo número doce y se basa en el intento de hacer más y tener mejores resultados con el empleo de menos recursos. Para ello es necesario no solo disminuir la utilización de capitales, también la degradación y la contaminación, para poder obtener ganancias netas y conseguir mejor calidad de vida mientras cuidamos el planeta. En este proceso deberían participar empresas, comerciantes, consumidores, además de políticos, investigadores, científicos, medios de comunicación y organismos de cooperación para el desarrollo. Todos juntos podemos conseguir la cooperación en la cadena de suministro, desde su origen hasta su destino final, y para ello habría que sensibilizar a los consumidores, educarlos para que asuman otros modos de vida sostenibles.

El cumplimiento de este punto está indudablemente vinculado con cómo se den las prácticas comerciales sostenibles y cómo se comporten los consumidores, es en ello que se debe incidir; y también para que funcione correctamente será necesario que sean respetadas las normas internacionales sobre la gestión de productos químicos y desechos peligrosos.

Para las distintas sociedades debería de ser imprescindible no basar su crecimiento económico en el uso de los recursos naturales. El desarrollo sostenible aboga por la naturalización de la vida, pero en la actualidad esto es una utopía porque el mundo no se resiste a la obtención de riquezas sin explotar los bienes del entorno; por tanto, en ese punto el objetivo se ve mellado, pues cada día hay más consumo de recursos naturales, y de ello dependen muchas economías.

El objetivo de producción y consumo responsables es uno de los más complicados de resolver porque está muy relacionado con la contaminación del medio ambiente. Y aunque muchos países enfrentan dificultades para tener una atmósfera, un suelo y un agua, saludables, se ha convertido en una lucha de pocos, con escasos resultados, Es prácticamente imposible, y al contrario, cada día tenemos más contaminación. Mientras tanto, los años pasan y estamos a siete años de la fecha marca como meta.

No obstante, todavía estamos a tiempo de reflexionar y actuar, pero solo es posible si de verdad existiera voluntad para promover soluciones y empezar a vivir en mayor armonía con el entorno.

Aunque los Objetivos de Desarrollo Sostenible no son obligatorios por ley, y solo se sustentan en un acuerdo entre los países que integran la ONU, aún se espera que los gobiernos decidan asumirlos y que comience el cambio. Queda poco tiempo, pero mucho podemos hacer todavía para erradicar la pobreza, proteger al planeta, y asegurar que este sea un mundo lo más próspero posible. El cambio está en cada uno de nosotros, juntos podemos contribuir a que se reduzca la huella ecológica de la que somos presa; lo único que necesitamos, al menos en este punto, es cambiar los métodos de producción y consumo de bienes y recursos.

agenda_2030.jpg
Imagen tomada de https://www.un.org

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