De Monsanto -Non Sancto- y otras depredadoras

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De Monsanto -Non Sancto- y otras depredadoras
Fecha de publicación: 
21 Noviembre 2023
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Foto tomada de El País

Hace diez años el presidente Vladimir Putin impidió que la transnacional Monsanto se instalase en Rusia, y para ello tuvo que luchar con oligarcas para los cuales la patria no es un lugar donde uno nace, sino donde se gana dinero.

Por esa época, Michelle, la esposa del entonces presidente norteamericano, Barack Obama, recibió una carta de protesta del grupo de empresas que trataban de controlar el suministro de alimentos, porque había habilitado un jardín orgánico libre de pesticidas y organismos genéticamente modificados (OGM).

Ciertamente, no he encontrado pruebas palpables de que esos alimentos transgénicos sean malos para la salud, porque estudios al respecto no prosperan y son detenidos por fata de financiamiento o por presiones de quienes sacan jugosos dividendos al efecto.

Pero cierto o no lo real es que esta solución alimentaria ha estado siendo extorsionada por los grandes consorcios, lo cual es más grave ahora, cuando las diversas crisis mundiales -política, económica, climática- hacen que muchos pueblos estén pasando hambre y dependan de las migajas que tienen generalmente su precio político.

En ello coinciden quienes bloquean a naciones que no le son afines, con sanciones a tutiplén de quienes quieren dominar el planeta y tienen el control agroalimentario en sus manos.

Al principio mencionamos a Monsanto, tristemente famosa por sus defoliantes contra el pueblo del sur de Vietnam, pero no es la única en este sentido, porque son varias las corporaciones biotecnológicas y agroquímicas que forman el poderoso grupo CropLife America y entre ellas se destacan, además de Monsanto, DuPont, Dow AgroSciences LLX, Syngenta, Bayer, Bast, Río Tinto, Mendel, Ceres y Evogene. 

LA MÁS PODEROSA

En este conjunto, Monsanto, la multinacional de Biotecnología Química y Agrícola con sede en Creve Coeur, Missouri, es la más poderosa de todas en términos políticos, económicos y financieros. Es la más famosa por sus semillas transgénicas y herbicidas como Roundup (RR) a base de glisofato para eliminación de hierbas y arbustos.

Actualmente, esta corporación, que comenzó como una pequeña compañía química en 1901, se transformó en un gigante biotecnológico del Siglo XXI. Está operando en 68 países, sembrando semillas GMO en más de 114 millones de hectáreas, de ellas 61 millones en Estados Unidos, donde controla el 40% de las tierras cultivables, según fuentes extraoficiales.

Recordemos que con el pretezto de salvar vidas norteamericanas, el imperialismo dio luz verde a Monsanto para que produjera el denominado Agente Naranja, que fue rociado masivamente durante la guerra de agresión a Vietnam. Un millón de personas quedaron discapacitadas y más de 500 000 niños nacieron con defectos.

Además, se estima que más de 600 000 veteranos norteamericanos fueron afectados por este defoliante y miles de sus hijos nacieron con leucemia.

Actualmente el mundo vive una realdad más siniestra, pues esta frente a un proceso en que Monsanto aspira a apoderarse de la producción y distribución de alimentos en el mundo entero, usando se tecnología de GMO.

ÉXITO NO TAN SECRETO

Este éxito de Monsanto no se debe sola a su habilidad de crear productos rentables, sino a sus conexiones, políticas y mediáticas, así como a su persistente trabajo de cabildeo, ese lobísmo tan asqueroso como degradante por lo permisivo.

La mayoría de sus ejecutivos son excongresistas y ex altos funcionarios de diferentes departamentos del gobierno. Tiene a su disposición incondicional a los medios de comunicación que día a día moldean a la opinión pública sobre la supuesta bondad de los productos que tengan GMO.

Y para dar solidez a sus escribanos a sueldo utiliza estudios favorables de seis universidades.

Todo un sistema que no ha sido construido para satisfacer nuestras necesidades alimentarias, sino de controlarlas en todos sus detalles.

Por todo lo anterior, resolver la crisis alimentaria a la que este sistema nos conduce requiere pensar y actuar al revés de lo que se nos propone desde dentro. Invertir su lógica, sus formas de organización, el estilo de vida a él asociado, resulta imprescindible para poder construir maneras sostenibles de concebir y de practicar la alimentación. 

Comentarios

Buenos días, el artículo realmente está bueno e instructivo, pero considero que tanto escritores como editores deben tener cuidado, ya que están escritas palabras mal (faltan letras) tercer párrafo * fata de financiamiento, como la palabra pretexto escrita con Z, en el 9no párrafo casi al principio. Es responsabilidad de todos mantener nuestros logros educacionales y la formación de profesionales.
oficial.codigo@aries.com.cu

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