Costa Rica traicionada

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Costa Rica traicionada
Fecha de publicación: 
31 Enero 2021
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Semanas enteras lleva el pueblo costarricense protestando en las calles de las principales ciudades ante el abandono total de las promesas que llevaron a la presidencia a Carlos Alvarado.

Esto se une a su tardía atención a la pandemia de la COVID-19 y la sumisión al Fondo Monetario Internacional para que le otorgue un préstamo inicial de 2 750 millones de dólares, endeudando aún más al pequeño país centroamericano.

Todos conocen lo que conllevará dicho préstamo, con leoninas condiciones de austeridad para la vida del tico, que ya tiene que sufrir el 22% de desempleo, la pérdida de valores de una falsa e imperfecta democracia representativa y la creciente violencia en todos los ámbitos, especialmente en las instituciones escolares, y la proliferación de pandillas.

Nada queda de las promesas de Alvarado para llegar a la presidencia, tras lo cual hizo suyas las de su rival con igual apellido, Fabricio, representante de la oligarquía y de los intereses imperiales.

Lo escandaloso es que el equipo de trabajo que tenía Fabricio es el que dicta las normas de gobernanza, adoptando medidas del más rancio neoliberalismo.

Ello se traduce en una violenta contrarreforma de los derechos laborales, el incremento de los impuestos a las clases media y baja, y el desmantelamiento de los programas sociales.

La política oficial solo ha sido efectiva para proteger a los grandes evasores de impuestos, lo cual lo lleva de manera recurrente a comparar con el gobierno de Oscar Arias y resultando peor que el de Laura Chinchilla, quien nunca cometió durante su mandato tanto latrocinio.

En fin, como apuntamos hace varios meses en este portal, no hay interés oficial en aprobar legislación alguna que ataque el robo de impuestos y elimine la evasión, el fraude, el contrabando y las exoneraciones abusivas.

A ello se agrega un clima de violencia generalizada, que es particularmente violenta, repito, en las escuelas, debido al abandono en el campo de la educación, del que tanto Costa Rica se enorgullecía.

Pérdida de valores

Queda atrás, olvidado, subrayo, el orgullo costarricense de tener más maestros que soldados, desatendiendo los comportamientos violentos, intimidaciones y agresiones que se presentan en los espacios educativos, que no solo responden a las dinámicas de violencia familiar, sino que tienen una estrecha relación con el entorno socioeconómico y cultural.

Los centros educativos en su conjunto, es decir, docentes, personal administrativo, padres, madres y adultos con personas menores de edad a cargo, no tienen apoyo del Ministerio de Educación para afrontar el desafío de la violencia intraescolar, de manera integrada, transformando los espacios y situaciones que hoy son fuente de graves conflictos.

En términos educativos, en las escuelas existen pocas experiencias de educación en derechos que contemplen, de manera global, tanto el ejercicio de los mismos como la formación, a través de la práctica, de nuevas formas de comportamiento que garanticen que, efectivamente, se construyen ciudadanos responsables.

Los estudiantes no participan activamente en los procesos de planificación de la enseñanza y aprendizaje en sus instituciones educativas, no tienen suficiente acceso a su formación como personas con el conocimiento y ejercicio pleno de sus derechos y responsabilidades, y no están en la posibilidad de solucionar sus problemas de manera formativa e integral, porque desconocen mecanismos alternativos para la solución de sus conflictos.

Y es que la desidia oficial ante la educación no debe extrañar en un gobierno época solo pendiente de las órdenes que provengan de la oligarquía y de las entidades manejadas por el imperialismo, al que le importa un bledo que Costa Rica se sienta hoy traicionada.

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