Con la OEA: Siempre hay maraña

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Con la OEA: Siempre hay maraña
Fecha de publicación: 
16 Febrero 2021
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Lo que empezó como un simple control sobre apenas el 3% de las actas electorales para comprobar la ventaja de menos de un punto entre el indigenista Yaku Pérez, del Movimiento Pachakutic, y el derechista Guillermo Lasso, ha proseguido con un conteo general en la inmensa mayoría de las provincias ecuatorianas, en un movimiento que pudiera significar la eliminación del ganador en primera vuelta, el candidato del correísmo, Andrés Arauz, quien había obtenido más del 32% de los sufragios, un 12% por encima de sus dos principales contrarios.

Lo que pudiera ser algo inverosímil no lo es cuando se conoce que todo ha salido de la intervención de la Organización de Estados Americanos y de su voz cantante, Luis Almagro, con toda una hoja de servicios al imperialismo norteamericano y una actuación en este entuerto muy elogiada públicamente por el candidato indigenista.

Independientemente de cómo termine esta cuestión, sin dudas se trata de eliminar la participación de la Unión de la Esperanza en la segunda vuelta, algo que siempre ha estado en los planes del mandatario saliente, Lenin Moreno, para evitar el triunfo de quienes quieren restituir el programa de la Revolución Ciudadana y revertir el proceso neoliberal que ha arruinado y endeudado al país.

Moreno mantiene la agenda general del Impero para evitar el regreso de las fuerzas progresistas a otro país latinoamericano, como ha pasado en México, Argentina y Bolivia.

Sin dudas son reveladoras las aseveraciones de Yaku Pérez, de que el final esperado será que él y Lasso quedarán como únicos contendientes en la segunda vuelta, dejando fuera a Arauz.

Recordemos que Pérez había rechazado el apoyo de Lasso si hubiera sido el finalista junto a Arauz, diciendo que no pactaría con quien había sido el apoyo más fuerte de Moreno, dando a entender engañosamente que no era partidario del neoliberalismo.

Sin embargo, Pachakutic es un ente de heterogéneas tendencias, que incluso apoyó en el Parlamento todo el programa neoliberal propuesto por el actual mandatario.

De todas maneras, habrá que esperar el final de este entuerto montado por la derecha y bendecido por la OEA, que dejaría poco tiempo para los preparativos de una segunda vuelta, aún sin contendores, con un Consejo Nacional Electoral endeble y, como todo parece indicar, sometido a los intereses de la derecha.

Aún no se ha producido la reacción del correísmo ante la posibilidad de que se le birle su victoria en la primera vuelta y el intento de dejarlo fuera de la contienda, como se puede apreciar en este contubernio protagonizado como siempre por la OEA, con un conteo al que no fue invitado.

ANDANZAS DE LA DESPRESTIGIADA

Recordemos que fue el propio Almagro quien devaluó a en Bolivia la victoria de Evo Morales en las elecciones presidenciales, y dio virtualmente luz verde al golpe de Estado protagonizado por la reacción.

Un año después, la verdad se hizo paso con la amplia victoria del Movimiento Al Socialismo y el comienzo de un proceso que pretende borrar el mal gobierno de los golpistas, que entregaron propiedades públicas a manos privadas y protagonizaron sonados escándalos de corrupción, con ministros que han huido del país.

Antes, en Honduras, se había abierto un proceso para comprobar la corrupción de la que era acusado el presidente Juan Orlando Hernández.

Cada año, Transparencia Internacional publica un índice sobre la percepción de la corrupción en todos los países del mundo. La estadística muestra cómo la población evalúa la corrupción en su país, en una escala de 0 a 100. Honduras obtuvo una nota de 22, ocupando el puesto 140 de un total de 175 países, el lugar más bajo del índice sobre la percepción de la corrupción en Centroamérica.

Pero ello no le importó al Imperio, que mantiene a Hernández en el poder, a despecho de las numerosas jornadas de protesta, que son reprimidas abiertamente por la policía, elementos paramilitares y el ejército, que allanan casas, sacan a sus moradores y, en algunos casos, los hacen desaparecer.

Esta es la forma de mantener al actual Presidente de Honduras, quien no permitió que una comisión internacional investigara el proceso de corrupción en Honduras y sólo aceptó la colaboración de la desprestigiada Organización de Estados Americanos, para –todo un hecho cínico- “ayudar a investigar la situación”, pero nunca para acusar de la corruptela a Hernández y sus acólitos.

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