China: Pobreza que agoniza

No pudo ser en diciembre del 2020 el fin de la pobreza en China, porque la epidemia del nuevo coronavirus provocó atrasos en el programa que ha emprendido desde hace muchos años, y que tiene su principal ejecutor en el actual gobierno de Xi Jinping

Una vez se llegó hablar de más de 800 millones de habitantes viviendo en la extrema pobreza, más de la población de un país que trata de construir el socialismo con sus propias especificidades, con una política de reforma y apertura que lo ha llevado a convertirse en la segunda potencia económica del planeta.

Precisamente, la aplicación de recursos ha logrado tal avance, incluido el tema que nos ocupa, para mí el más difícil de vencer.

El por qué se puede explicar con que a veces ciertos gobiernos progresistas, que no son muchos, apuntan que durante su mandato la pobreza ha disminuido en tal o más cuanto por ciento, pero a veces se falla en la continuidad de la gestión y en el apuntalamiento de las necesarias bases para que el beneficio se mantenga y no sea víctima de continuadores con gestión espuria,

Empero, China ha trazado un camino que considero exacto, cuando de tres a cinco funcionarios públicos fueron enviados a cada una de las 115 000 localidades que presentaban pobreza, y examinaron sobre el terreno la situación de cada una de las familias, comprobando la transparencia al respecto con los bancos y reuniones con el resto de la población a la que se les pedía la opinión acerca de las personas que serían beneficiadas.

Tal procedimiento ha estado surtiendo efecto y así se destinan efectivamente los recursos del Estado a cada familia necesitada, ayudándola a mejorar su calidad de vida.

Además. se han trasladado colectivos enteros a edificios de apartamento desde lugares que presentaban vulnerabilidades ante inundaciones, avalanchas y desplazamientos tectónicos, entre otras.

Así, de aquella astronómica cifra de pobres se están eliminando los últimos 15 millones, lo cual debe ocurrir en el curso del presente 2021.

RECORDATORIO                                                                                                                                                 

El gobierno chino ha subrayado que la República Popular seguirá firme e inconmoviblemente el camino de desarrollo pacífico, como una opción estratégica, y por el camino de la construcción socialista, con, subrayo, sus características propias, pese a todas las dificultades y desafíos.                                                                                                           

En coincidencia con la firme actitud del Partido Comunista de China de intensificar el combate contra todo tipo de males y vicios, especialmente la corrupción, se señala la necesidad de eliminar los obstáculos y proseguir la ejecución de las políticas de reforma y apertura.

Beijing está consciente de que China tiene una población numerosa y una base económica muy débil. El nivel de vida del pueblo chino sigue siendo bajo, el sistema de garantía social no es perfecto aún y todavía existen grandes diferencias de ingresos entre sectores sociales y de nivel de desarrollo entre distintas regiones. En un periodo histórico bastante largo, China seguirá siendo un país en vías de desarrollo.

Pero, así como lo ha hecho frente a la COVID-19 y la guerra comercial decretada por Estados Unidos, China tiene el coraje de encarar grandes dificultades y desafíos y está dispuesta a desplegar activamente intercambios y cooperación internacionales, profundizar los puntos de confluencia de intereses de las diversas partes y fomentar el desarrollo conjunto con otros países.

Y es que, con la fundación de la República Popular, el primero de octubre de 1949, el pueblo chino se puso de pie para cambiar la historia de invasiones y humillación que le impusieron las grandes potencias en más de un siglo, por lo cual hay que destacar que la quinta parte de la humanidad empezó a ser la dueña de su propio destino.