Biden: Paso a paso

El presidente de Estados Unidos, Joe Bden, dio otro paso significativo de alejamiento de la política agresiva emprendida por Donald Tremp, al renovar por otros cinco años el START-3 firmado con Rusia para limitar a 1 700 el número de misiles con ojivas nucleares de largo alcance, con la posibilidad de que estas sean reducidas en el futuro.

El mandatario norteamericano se encargó a continuación de hacer una “purga” en el Departamento de Estado para eliminar a un grupo de halcones nombrados poco antes de que el anterior mandatario abandonase la Casa Blanca, con la esperanza de estorbar a su sucesor y proseguir la política agresiva que lo caracterizó durante la mayor parte de su mandato y que puso al mundo al borde de una guerra nuclear.

No obstante, el presidente ruso, Vladimir Putin, tras acoger favorablemente las acciones del flamante presidente norteamericano, mencionó que aún persiste una situación bélica muy parecida a la que antecedió a la Segunda Guerra Mundial.

En esto se puede mencionar el continuado acercamiento de las tropas y armamento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a las proximidades de la frontera rusa y la situación creada contra China, al permanecer buques de guerra estadounidenses y un portaaviones británico cerca de sus aguas jurisdiccionales. Asimismo, EE. UU. volvió a alentar a los militaristas japoneses para que fortalecieran aún más a su mal llamada fuerzas de autodefensa, instrumento que ha sido utilizado por el Pentágono en sus agresiones a Iraq y Afganistán.

Cierto, es demasiado pronto y aún poco para una evaluación correcta de un mandatario y conocer hasta donde el establishment gobernante le dejará hacer.

Sobre todo, tiene que asumir la grave situación causada por Trump en su mal manejo de la epidemia de la COVID-19, el decrecimiento económico de cerca del 4%, el cierre de decenas de miles de negocios, el enorme desempleo y la latente polarización de la nación que creó la política de Trump, en su afán por mantenerse en el poder.

Al respecto, Biden ya está gestionando la legalización de por lo menos nueve millones de emigrados que pudieran ser ciudadanos norteamericanos, así como que los niños separados de sus padres vuelvan a reunirse con sus familias, lo cual se complementa con la negativa de seguir financiando la construcción del muro en la frontera con México, paralizando una obra alentada por Trump, con el apoyo de los más racistas de sus partidarios.

En lo que concierne al Medio Oriente, ordenó renovar la ayuda humanitaria al pueblo palestino, suspendida por Trump, y pidió moderación a Israel para que no impida las elecciones de mayo próximo en los territorios ocupados, en los que participarán Hamas, que gobierna Gaza, y Al Fatah.

Veremos si estas y otras decisiones de Biden se mantienen, si son consecuentes, al tiempo que ya está haciendo regresar a Estados Unidos al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y a la Organización Mundial de la Salud, abandonados por Trump.

Esto es a grandes rasgos la situación relativa al quehacer del nuevo presidente, quien tiene un amplio programa que mejora en mucho los proyectos nunca cumplidos por Barack Obama, aun cuando tuvo cuatro años con mayoría parlamentaria, que ahora si tiene Biden, quien fuera su vicepresidente.

Mucho mal dejó Trump como herencia, pero era de esperar, por lo que, subrayo, es casi imposible que Biden sea peor. Espero no equivocarme.