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especiales
Creo, es mi opinión, que se exagera en cuanto a eso de las discriminaciones por el cómo luces se refiere. “Para gustos se han hecho colores, y para escoger, las flores” dice el viejo refrán, y que no le guste a alguien o a algunos la forma en que uno se corta el pelo, se peina, o se viste, no es cosa que debe atormentar a nadie que se sienta seguro de sí mismo. En EEUU existen cientos de distritos escolares y cientos de miles de escuelas de todos los niveles, cuyos dirigentes tienen sus personales criterios que muchas veces ponen en práctica, hasta contra viento y marea, por lo que en unas pongan ciertas reglas o restricciones de cualquier tipo que sean, aceptadas o no por la mayoría, no es cosa que debe sorprender.<br />Ayer mismo fui con una compañera a recoger a sus gemelas a la hora de la salida de la escuela media (secundaria básica), y ella (y hasta yo) ¿qué casualidad? puso atención a la forma en que las alumnas en general de ese centro usaban el cabello, solo con ánimo de no dejar de complacer a sus niñas a la hora de peinarlas, haciéndolo de las formas y maneras que le solicitaban, y sin alejarse de cómo sus compañeritas suelen arreglar sus cabellos. Y confieso: existía una variedad sorprendente.<br />Y no pensemos que en nuestro querido país no hay sus cositas en cuanto a este tema concierne. Todavía (y siempre) existen quienes ven el pelo lacio como señal de “adelanto”. Que aprecian las facciones alejadas de lo africano o descendientes, también como “adelanto”. El desrizado no ha desaparecido. Los peinados afros estuvieron muy de moda allá por los 60 del siglo anterior, y ahora se vuelven a ver, me parece, y ¿qué decir de los desgreñados y pelúos? Y acaso ¿no levantaban o levantan ronchas en muchos de nosotros?
February 8, 2014 5:57 pm
Arístides