Visor olímpico del judo

Visor olímpico del judo
Fecha de publicación: 
14 Junio 2020
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El trabajo en el newaza es una asignatura pendiente aún para el judo cubano, pero Silva ha progresado en ese sentido. Foto: www.ijf.org.

Hablar de la historia olímpica del judo cubano, específicamente de la gloria, es remontarse a los Juegos de Montreal 1976. Muchos recuerdan aquella cita en Canadá por el legendario doblete en 400 y 800 metros alcanzado por “el elegante de las pistas”, Alberto Juantorena.

Su zancada de leyenda, su porte al correr y encarar las curvas, su esbelta y atlética figura, su “drum” a tono con la moda de aquellos tiempos…

En fin, que Juantorena lo tenía todo para ser recordado, pero no van de atletismo estas líneas, como tampoco de boxeo, pues si volvemos la mirada a esa cita habría que detenerse en los puños dorados de Jorge Hernández (48 kg), Ángel Herrera (57 kg) y Teófilo Stevenson (+81).

Van de judo, y de cómo Héctor Rodríguez (63 kg), inició la ruta en el cénit del Olimpo deportivo para ese deporte. Por cierto, bastante inédita su corona, pues pese a considerarse un judoca de respeto en su división, no era visto como contendiente al título.

Gratas sorpresas nos ha regalado esa disciplina en múltiples versiones de magnas justas deportivas. Baste señalar un palmarés que contempla seis títulos, 14 platas y 16 bronces para la quinta posición del medallero histórico, solo antecedidas por potencias como Japón (39-19-26), Francia (14-10-25), Sudcorea (11-16-16), y China (8-3-11), naciones que con excepción del Gigante asiático se perfilan nuevamente como los grandes animadores de cara a Tokio. Selecto Club en el que además incluiría a Rusia, Brasil, Holanda y algunas individualidades de otras naciones.

En ese entorno Cuba se perfila con algunos efectivos que poseen grandes opciones de pugnar por preseas, independientemente de panoramas más o menos rocosos en cada una de sus respectivas categorías.

¿Poder femenino?

Encabezados por la estelar Idalys Ortiz (+78 kg), capaz de eslabonar una cadena de preseas en las últimas tres versiones a razón de bronce en Beijing 2008, cetro en Londres 2012 y plata en Río 2016, las chicas de Yordanis Arencibia, Ismael Borgoña y compañía están determinadas a preservar el prestigio de sus predecesoras. Ya las hemos observado y leído, respecto al rigor que pretenden sostener en casa cuando la pandemia del Coronavirus las sorprendió en la recta final de su proceso clasificatorio, impidiendo la presencia en las últimas paradas del World Tour y por consiguiente congelando momentáneamente, la excelente forma deportiva que exhibían varias.

Hablamos de una Idalys que encabeza de forma rutilante el ranking olímpico de su categoría (7 118 ptos), y también el absoluto femenino en materia de puntuación, lo que da fe de su solidez y estabilidad en la élite, amén de que no pocos consideren en este minuto a la anfitriona Akira Sone, como la principal aspirante al título.

Sin embargo Idalys es referente indiscutible del judo mundial en la actualidad y así lo consideró la Federación Internacional, al considerarla como portaestandarte indiscutible de valores dentro y fuera de los tatamis.

A la artemiseña de 30 años la secunda en, materia de ubicación e igualmente con su pasaporte asegurado, Maylin del Toro (63 kg, 6ta-3 950 ptos).

En este peso, pese a la considerable progresión de la judoca cienfueguera, con presencia en podios en lides del circuito Mundial, sería osado decir que contenderá al seguro por un metal.

Acá hay entre cinco y diez judocas con nivel muy parejo, pero las más sobresalientes sin dudas a lo largo de un ciclo que prácticamente será quinquenio en lugar de cuatrienio han sido la gala Clarise Agbegnenou (1ra-7 010 ptos), y la eslovena Tina Trstenjak (2da-6 413). El top-ten mencionado lo cierra la brasileña Ketleyn Quadros (3 062).

En orden descendente, y que conste que lo establecemos exclusivamente por sus respectivas ubicaciones en los escalafones hallamos a Kaliema Antomarchi (78 kg, 8va-4 242 rayas).

Otra categoría que se las trae, pues pese a estar liderada por la nipona Shori Hamada (5 631), hay otras cuatro atletas muy pero que muy pegadas: son los casos de las francesas Madeleine Malonga (2da- 5559), Fanny Posvite (3ra-4 950), la británica Natalie Powell (4ta-4 583), y la auriverde Mayra Aguiar (5ta-4 460).

A favor de Kaliema, el hecho de haber podido derrotar en la actual campaña a la británica Powell y a la gala Posvite, amén de que debe de ser Malonga la agraciada por Francia. Aguiar continúa siendo un escollo infranqueable para la nuestra.

Del resto de nuestras judocas no podemos pretender resultados de relieve, al menos no en su condición actual.

Onix Cortés (70 kg, lugar 43-760 ptos), dista de su mejor condición; Arnaes Odelín (73-349 rayas), si bien es una atleta en franco ascenso, sus aspiraciones en la lid individual se pintan como limitadas. Eso sí, pudiera tener peso en el posible performance del plantel involucrado en el concurso mixto, de ahí su presencia más frecuente en la gira y mayor fogueo internacional durante la presente temporada.

Para redondear el prisma femenino hallamos bien distantes a Vanessa Godínez (90-181) y Melissa Hurtado (93-160) en los 48 kg.

Lógicamente mucho falta por bregar hasta la hora cero en la capital nipona, pero los puestos de clasificación en los que se hallan situadas nuestras chicas, no deberán variar mucho hasta entonces.

Los hombres al descubierto

En el caso de los varones la realidad pinta diferente, pues asegurados hasta este minuto solo se encuentran Iván Silva (90 kg, 2do-4 773 ptos), y Andy Granda (+100 kg, escaño 20-2 190), en tanto si se descorrieran las cortinas ahora Magdiel Estrada (73 kg, 30-1 853) entraría en la salsa por las llamadas cuotas continentales.

Justamente en ese orden se han comportado los tres en materia de rendimientos en la gira global.

Silva ya es mirado como un adversario de sumo respeto en una categoría que no ha dejado de ser cruenta desde los mejores tiempos de Asley González, junto a quien precisamente se fraguó Silva.

Tal es la rivalidad en ese peso que, pese a la superioridad evidenciada en las últimas dos campañas por el español Nikoloz Sherazadishvili (1ro-7 851 ptos), cualquiera de los restantes 14 primeros puede sacar un sable. En esa “jauría” se ha movido con  mayor o menor soltura Silva, por lo que después de Idalys, me atrevería a decir que es el otro judoca de mayores posibilidades de colgarse una presea, aun cuando hemos constatado que su división es un verdadero volcán en erupción.

Para Granda acercarse a las primeras posiciones sería en el argot popular como la tarea del indio. No solo porque aún se encuentra un peldaño por debajo del máximo nivel en su división, sino porque también la mayoría de los pesos pesados en ella le superan notoriamente en peso corporal.

El checo Lukas Krpalek (6 171) regentea, pero nadie quita sus ojos del francés Teddy Rinner (24-1 860), quien ha retornado a la alta confrontación en busca de otro reinado bajo los cinco aros. Del resto, hay paridad entre los seis-siete punteros.

Toca el turno de Estrada, quien si bien ha logrado dar destellos de calidad, aún no posee esa constancia que nos permita apostar por él para una actuación en Do mayor.

Además, su división presenta un panorama bien árido, con el nipón Soichi Hashimoto  (6 379 ptos) a la cabeza del listado.

Eso sí, en el caso de Magdiel pudiera ser medular su aporte en la lid mixta por equipos, lo mismo que Arnaes Odelín, si en definitiva hace el grado.

Estrategia dada a conocer por el presidente de la Federación Cubana, Rafael Manso en una de nuestras conversaciones, en la sede del Comité olímpico doméstico.

De vuelta a nuestros posibles encartados aterrizamos en los 66 kg, donde Osniel Solís (42-1 094ptos) y Orlando Polanco (49-978) mantienen dura porfía por hacerse del anhelado cupo. Ambos han estado siendo inscritos indistintamente en lides punteables para dilucidar cuál de los dos culmina mejor posicionado. A favor de Solís la experiencia, Polanco tiene en su haber el empuje y la evolución evidenciada.

Cierra esta radiografía, con opciones más reducidas Liester Cardona (100 kg, 73-387 ptos). Cardona es otro que ha demostrado progresión, pero no se encuentra aún en condiciones de medirse a los huesos de su división, como el puntero y sudcoreano Guham Cho (5 220 unidades).

Quizás su ciclo sea el próximo, para no acelerar su curva de crecimiento, aunque veo bien que desde ya se esté fogueando al máximo nivel.

Así se vislumbra el horizonte del judo, al menos en el impasse actual que cubre casi la totalidad del movimiento deportivo, con excepción de algunas disciplinas colectivas y otras inmersas de a lleno en la modalidad de certámenes virtuales, según lo permita el deporte en cuestión.

El judo no deja de ser una de las disciplinas estratégicas en las aspiraciones de nuestra comitiva olímpica en Tierras del Sol naciente, las de combate fundamentalmente como boxeo, lucha, taekwondo, además del atletismo…

Comentarios

Algunas cosas: Maylin del Toro no es cienfueguera, es santiaguera El mayor exponente de los 73kg es Shohei Ono. Es considerado uno de los mejores judocas del momento. No es el primero del ránking porque se limita a ir solo a competiciones importantes Vanessa Godinez ya no está en el equipo, creería que por alguna indisciplina. Seria muy bueno investigar al respecto, porque después de la Plata panamericana desapareció. Nahomis Acosta, habitual en los 52kg y bronce olimpica juvenil, la subieron a 57kg para luchar junto a Arnaes Odelin por el puesto olímpico y la porfía mixta por equipos. Onix Cortes ya se retiró, prefirió no luchar más por la inclusión olímpica de Tokyo En los 100kg la última figura que sacaron a la arena internacional fue a Heriberto Rivero, un joven de muchas perspectivas. En la gira europea de inicios de 2020 logró ganar 2 combates.
roselyngomezpine1987@gmail.com

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