Uruguayos con alta propensión a emigrar

La emigración uruguaya tiene un carácter estructural e histórica alta propensión, según opina hoy el demógrafo Martín Koolhass.

En declaraciones al diario El Observador el experto concluyó que 2023 marcó saldo negativo migratorio en la nación sudamericana. El año pasado se fue más gente de Uruguay de la que entró, concluyó.

Coincide con las intenciones manifestadas en las encuestas de opinión pública: cada vez más dicen haber pensado irse a vivir a otro país.

El 31 por ciento pensó en “la posibilidad concreta” de residir fuera. Resulta la cifra más alta desde 1996, cuando el Latinobarómetro comenzó a hacer esta pregunta en sus encuestas.

La “alta” cifra de uruguayos que admite haber pensando en irse muestra “que la presencia de familiares y amigos en el exterior tiene larga data y son redes que se activan fácilmente, además de que puede ser que una parte de los que piensan emigrar ya hayan pasado por esa experiencia en el pasado”, dijo Koolhass.

El diario recuerda que la última dictadura había conjugado el exilio político con la emigración económica. Luego de ese proceso, se desplegaron programas orientados a impulsar el retorno.

“Los datos permitieron estimar que la emigración no concluyó con el fin de la dictadura y que algunas de sus causas determinantes continuaban y las redes de migrantes consolidadas mantenían el impulso a la reproducción de la migración”, según argumentó la demógrafa Adela Pellegrino.

Una prueba de ello son las intenciones de emigrar de los jóvenes. A fines de la década de 1990, el 37 por ciento de los menores de 24 años afirmaban haber pensado en migrar. Una década después el porcentaje había subido al 43 por ciento.

Y en la última Encuesta de Adolescencia y Juventud el guarismo trepó al 51 por ciento.

Tras la crisis económica de 2002, Estados Unidos se había convertido en uno de los destinos preferidos de los uruguayos que buscaban un futuro mejor. Pero las estimaciones oficiales indican que ese destino fue perdiendo fuerza, no así España.

Según la tesis doctoral de Koolhass la quinta parte de los retornados recientes del país ibérico tienen más estudios de los que se requiere para la tarea que desempeñan en Uruguay.

Casi un tercio de los uruguayos con un doctorado en ingeniería o disciplina tecnológica —una de las áreas más demandas en Uruguay— reside en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, Francia, España o Brasil.

Algo similar pasa con los doctores en Ciencias Sociales, solo que entre ellos crece México como un destino.