Una homilía y un funeral sencillo, como quería Francisco: “Era un Papa entre la gente” (+ Fotos)
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Casi 200.000 personas asisten al cortejo fúnebre que traslada los restos del Pontífice a la basílica Santa María la Mayor.
A las diez de la mañana del sábado, después de que los últimos mandatarios y empleados vaticanos se despidiesen del féretro ya cerrado donde descansa para siempre el cuerpo del argentino Jorge María Bergoglio, obispo de Roma y último Papa de la Iglesia católica, el sencillo ataúd de madera y zinc fue trasladado hasta el exterior de la basílica de San Pedro.
Cerca de 200.000 personas abarrotan la plaza de San Pedro y la Vía de la Conciliación, la gran avenida que la precede, para asistir al paso del cortejo fúnebre del papa Francisco, fallecido el lunes. Tras la homilía, el féretro se trasladó por las calles de Roma desde la plaza de San Pedro hasta la basílica de Santa María la Mayor, lugar que Francisco eligió para su entierro. Los seis kilómetros del cortejo se recorrieron en coche, pero a paso lento para que pudiera ser visto por los ciudadanos. Delegaciones de 148 países y territorios (incluidos Palestina y Kosovo) con 10 reyes y 10 organismos internacionales asistieron a la ceremonia.
El entierro se celebra a puerta cerrada
El papa Francisco, aún convaleciente, visitó pocos días antes de morir el que iba a ser su lugar de sepultura: la basílica de Santa María la Mayor. El sábado 12 de abril, previo al inicio de la Semana Santa, como hizo tantas otras veces, se colocó frente al icono de la Salus Populi Romani, una de las vírgenes más queridas por los romanos, protectora de su salud, y se recogió en oración. Como era habitual, la oficina de prensa del Vaticano distribuyó una fotografía del Pontífice, de espaldas, frente a la Virgen, que se convertiría en una de sus últimas imágenes en vida.
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