Una especial visita a la Galería-Morionet
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De camino hacia la Plaza de Armas. Un pequeño retablo, al borde de la calle Obispo, crispa la curiosidad de quienes transitan por este bulevar de La Habana Vieja. Muchos detienen el paso, casi nadie queda indiferente.
Allí están el titiritero, su figurilla y el pequeño guiñol improvisado. Desde la instalación que imita una “casa-galería” de dos plantas, diseñada con material ligero, el espectáculo crea un ambiente hechizante que hace desaparecer el tiempo y la realidad.
Foto: De la autora
La voz de Louis Armstrong entona La vie en rose, y la magia de un ambiente bohemio envuelve al lugar y a los que lo observan. Al ritmo de ese meloso blue, las manos hábiles de Víctor Ariosa Herrera mueven los hilos y las varillas que dan vida al cuerpecito de Morionet, el títere-pintor.
A poca distancia, un público de todas las edades se divierte con las bromas y habilidades pictóricas de la simpática marioneta. Por un instante, todos olvidan sus prisas, aplazan las prioridades y el horario de llegar; quieren conocer el final de la obra.
Foto: De la autora
Pincel en mano, Morionet comienza a pintar un retrato con acuarela sobre cartulina blanca. Entre trazo y trazo, hace algunos movimientos de baile y lisonjea con sus espectadores, sobre todo, con los niños. Todos le devuelven una sonrisa, se divierten.
Precisamente divertir es lo que pretende lograr el joven Víctor. Graduado como Instructor de arte en la especialidad de teatro, siempre sintió particular interés por el universo de los muñecos. Eso lo llevó a trabajar durante seis años en la Compañía de Marionetas de Cuba Hilos Mágicos.
Foto: De la autora
Al dejar ese grupo teatral, hizo algunos talleres para conocer en toda su magnitud el oficio de trabajar el títere de calle. Prendado del efecto popular que logra con esta técnica del polichinela, Ariosa decidió dedicarse, en cuerpo e imaginación, a ofrecer su talento por las calles del centro histórico de la ciudad capital.
Cautivado por tal idea creó, en el año 2019, su personaje de Morionet y esa especie de guiñol móvil con los cuales ha pulido una pintoresca atracción dentro del llamado arte callejero.
Foto: De la autora.
Las imágenes quedan como testimonio de la obra que los ha unido. Y Louis Armstrong sigue entonando La vie en rose.
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