Tokio 2020: Uno, dos y diez… el paso chévere e impecable del boxeo
especiales
Las madrugadas de la última semana han estado aderezadas de expectativas. He visto transitar deportes sin cumplir con sus propósitos competitivos previos en Tokio, pero también he desafiado las ojeras a ritmo de ippones y puños, de la mano de Alba e Idalys; y de un buque insigne que mantiene inmaculado el casillero de las derrotas tras una decena de presentaciones.
Las de la madrugada de sábado llegaron por intermedio de los puños de Yosbany Veitía (52 kg), y Andy Cruz (63).
Matices diferentes, al menos en el papel, pues Veitía debía, y de hecho la tuvo, mucho menor resistencia del ghanés Tetteh Sulemanu, a quien en definitiva despachó con inobjetables 5-0 (doble 30-27 y triple 30-26). Cruciales en su veredicto la precisión de su golpeo y mayor velocidad sobre el ring, propiciando ataques desordenados de su rival, tras los cuales el espirituano siempre sacó mayor ventaja en las combinaciones o intercambios.
En el caso del matancero Cruz, uno de los mejores púgiles libra por libra al amparo de la AIBA en la actualidad, criterio que sostengo, doblegó al británico Luke McCormack, de mayor categoría, pero que igualmente se vio superado por la calidad de nuestro exponente, superior toda la ruta, con golpeo quirúrgico y terminando con la derecha que generalmente hizo mella en el rostro de su adversario. El fallo por 30-26 y cuádruple 30-27 no se hizo esperar.
Ambos púgiles aseguraron su avance a cuartos de final, al tiempo que extendieron a diez la racha impecable de la disciplina en Tokio.
Eglys y Olfídes: aceptables pero distantes
Ciertamente y de manera general, el nivel competitivo mostrado en Tokio ha sido estratosférico. En muchas disciplinas incluso, el impasse de un año provocado por la pandemia del Coronavirus les hizo mucho bien a los procesos de preparación de los deportistas, más allá de incertidumbre, confinamiento y otras variables no despreciables.
En el caso del tiro deportivo y el levantamiento de pesas, los eventos en los que se vieron involucrados Eglys de la Cruz y Olfídes Sáez (96 kg) dejaron estampados récords bajo los cinco aros, un medidor indiscutible respecto a la calidad de los mismos.
Eglys, en definitiva, culminó en el puesto 23 de la clasificación del rifle 3x40 a 50 metros con tirada de 1 163-50x. Estuvo muy sólida en las tiradas de rodillas 393 (97-98-99-99), y tendido 394 (99-98-98-99), pero en la ronda de disparos de pie se le escapó la clasificación al compilar 376 (91-96-95-94).
Solo nueve puntos más en esa serie le hubiesen colocado en la octava posición, la cual correspondió a la noruega Jeanette Heg Duestag (1 172-65x), marcada por el número cuatro, pues fue cuarta en la modalidad de aire a diez metros, y repitió esa posición ahora (439.9).
La rusa Yulia Zikova estableció tope bajo los cinco aros de 1 182-78x en preliminares, antes de colgarse la plata luego en la definición (461.9). el máximo honor recayó en la suiza Nina Christen (463.9), igualmente plusmarca en estos escenarios.
Por cierto, el reconocimiento para Eglys, que, durante cinco ciclos olímpicos, y con todas las vicisitudes conocidas para la práctica del tiro en Cuba, ha sabido mantenerse en la élite e incluso, colgarse una presea, como lo fue su bronce en esta misma modalidad en Beijing 2008.
Por su parte, el halterista Sáez dominó el aparatado B de los 96 kg con biatlón de 359 kilos (156-203). Sáez falló dos movimientos de arranque sobre 16, que de haber conseguido ese peso se hubiese colado en la séptima plaza de su categoría. En envión sí se comportó mucho más sólido, con secuencia de 193-198-203.
El catarí Ibrahim Elbakh 402 (177-225) mereció la gloria suprema del Olimpo, mientras el venezolano Keydomar Vallenilla 387 (177-210) se hizo de la plata, emulando a su coterráneo de los 73 Julio Rubén Mayora.
¿Resurrección playera?
Al parecer la dupla de voly de playa antillana de Leila Martínez-Lidianny Echevarría recibió una transfusión de buen juego. Lo cierto es que se mantienen con vida tras disponer de las holandesas Raisa Schoon-Katja Stam por idénticos sets corridos de 21-17. Las nuestras aprovecharon 21 puntos por errores de sus oponentes, factor que dio al traste con su éxito.
Ahora en octavos de final, nuestras chicas se las verán con las rocosas estadounidenses April/Alix, pero al menos ya aseguraron su inclusión entre las 16 mejores duplas del concurso olímpico.
Habrá que atestiguar si persiste su buena forma en la siguiente presentación.
Llegamos al ocaso de este recorrido por Cuba, a través de los rendimientos olímpicos de nuestros exponentes. El himno nacional aún no ha resonado en Tokio, pero las mejores jornadas, confío estén por llegar. Una mirada al medallero nos coloca con las preseas materializadas por Alba e Idalys en la plaza 55.
Un total de 50 naciones se han colgado un título; y la pugna por la cima de la tabla continúa a brazo partido entre China (21-13-12), Japón (17-5-8), y Estados Unidos (16-17-13), con el Comité Olímpico Ruso (10-15-11) en un segundo segmento de vanguardistas y al acecho.
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