El planeta se llama Tierra, pero en realidad más del 70% está compuesto por el agua de los océanos. No es casual, entonces, que también le llamen "el planeta azul", pues así se ve desde muy lejos.

Fue allí donde se originó la vida. Los mares son sumamente importantes, vitales para nuestra existencia. Tienen función reguladora del clima, colabora en el control de la temperatura porque absorben el calor del sol y lo transmiten a la atmósfera a través de las corrientes oceánicas.

Además, en él habita el 80% de la biodiversidad del mundo. O sea, es el mayor ecosistema que existe con aproximadamente un millón de especies, aunque es probable que exista más porque no ha sido explorado en su totalidad. Es tan diverso que en él habita el animal más grande, la ballena azul, y también organismos unicelulares que solo podremos ver con microscopio.

Los océanos son una fuente inagotable de recursos, nos proporcionan alimento, y de ellos también obtenemos medicinas y biocombustibles. El mar es imprescindible, de él dependemos. Sin embargo, se encuentra amenazado por la pesca excesiva, la contaminación y el calentamiento global.

Somos el cáncer del planeta. Lo vaciamos constantemente. Tenemos los océanos repletos de basura y hemos acabado con poblaciones marítimas mientras otras se encuentran en peligro de desaparecer tanto por la pesca como por la suciedad que allí vertemos y que ha provocado un incremento de la acidez que a su vez perturba la cadena alimentaria porque la vida es un sistema.

Son millones las toneladas métricas de desechos que llegan al mar y de ellos el peor es el microplástico que ya no sabemos cómo eliminar y es muy difícil de degradar de manera natural. Sobre esto, las referencias indican que de continuar el ritmo, para el año 2050 habrá más plástico que peces.

Esta situación, más el intenso calor que también le afecta a las criaturas y a la flora, sentencia la supervivencia.

De acuerdo con estadísticas de la Organización de Naciones Unidas, ya desapareció más de un tercio de las poblaciones de los océanos en todo el mundo por la pesca ilegal y la muerte por el exceso de residuos. La emergencia es real. Recordemos que si ellos colapsan, tendremos los días contados.

Hoy, ocho de junio, es el Día Mundial de los Océanos y lo recordamos con el llamado a prevenir y reducir la contaminación, proteger y restaurar los ecosistemas, controlar la pesca excesiva e ilegal. Es decir, cuidar nuestros mares.