Sub-23 entra en semifinales
especiales

Las Serie Nacional de béisbol sub-23 entra desde este martes en su etapa semifinal, y hubo algún que otro convidado inesperado.
En primer lugar está Pinar del Río, que con un cierre de cinco victorias consecutivas, incluyendo las dos finales ante La Habana, desbancó a la novena capitalina de la primera posición en el grupo A, y se ganó por derecho propio el acceso a los cuatro grandes del certamen.
Los pinareños jugaron al más puro estilo de su entrenador Donal Duarte y dejaron el pellejo en la grama del Capitán San Luis para apoderarse del único boleto a semifinales que repartía la etapa clasificatoria.
Fueron los Vegueros uno de los dos conjuntos que cerraron los 15 juegos sin cuadrangulares, pero sus lanzadores estuvieron muy bien, con 2.18 de Promedio de Carreras Limpias, 1.25 de WHIP y .188 de promedio rival, todos índices por debajo de la media del torneo, además de propinar 94 ponches en 102.2 entradas, y un excelente .978 a la defensa.
Por la llave B mandó de punta a punta Villa Clara, el mejor elenco de la fase preliminar (11 victorias y solo cuatro derrotas), por delante de Matanzas (7-6).
Loa anaranjados exhibieron la mejor defensa (.985), el séptimo mejor PCL (2.22), y el cuarto promedio ofensivo (.269), por lo que no se vieron en peligro en ningún momento.
Por el C mandó Las Tunas, aunque tuvo que esperar hasta el final porque le dio gran batalla Sancti Spíritus, que finalizó también con balance de 9-6, pero los Leñadores se clasificaron por haber ganado dos de los tres juegos ante los todavía vigentes monarcas del certamen.
Fueron dos equipos similares en rendimiento: muy poco bateo (.210 y .220, respectivamente), pitcheo de excelencia (1.60 por 1.50) y mediocre defensa (.962 por .961).
Finalmente, en el D Santiago de Cuba (10-5) impuso su ley luego de sobreponerse a un inicio inestable en contraste con un arranque impresionante de Guantánamo, que luego se desinfló (como ha ocurrido varias veces en el torneo elite).
Aquí pelearon el cupo los dos elencos más bateadores (.281 por .275) y con fildeo bastante malo (.951 en ambos casos), aunque los indómitos sacaron ventaja desde la lomita (2.05 por 2.63).
Fue un torneo en el que predominó el pitcheo (36 lechadas y 2.33 de Promedio de Carreras Limpias) y average colectivo de .230, además de mostrar que hay mucho que aprender en otros aspectos de juego como el robo de bases (130 robos y 101 capturas, con destaque para Artemisa en el orden positivo, al conquistar 23 almohadillas extras en 31 intentos, y negativo para Cienfuegos, capturado en sus 11 tentativas).
Como era de esperar, el fildeo tampoco estuvo a su mejor nivel, con .958 colectivamente, aunque todos estos números en solamente 15 desafíos no reflejan realmente lo que tenemos en esta categoría.
Tendremos ahora la postemporada, reducida también a series de un máximo de cinco desafíos, pero que servirán de alguna manera para probar en partidos de mayor tensión a cada uno de los protagonistas.
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