Serie Nacional sub-23: del lobo un pelo

Serie Nacional sub-23: del lobo un pelo
Fecha de publicación: 
5 Agosto 2022
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Foto: Abel Rojas Barallobre

Todos sabemos que no es lo ideal, pero se está celebrando la Serie Nacional sub-23 del béisbol cubano.

Desde que se anunció el formato con solamente 15 partidos, para más leña, de solamente siete entradas, muchos pusieron el grito en el cielo, y no les falta razón, pues en esa cantidad de juegos es imposible desarrollar, ni siquiera apreciar el verdadero talento de los peloteros.

Sin embargo, peor hubiese sido cancelar el certamen, porque mal que bien, son algunos encuentros más para algunos que jugaron la pasada Serie Nacional, y quizás los únicos para el resto.

Debemos recordar que la Serie llevaba ya dos años sin disputarse a causa de la pandemia de COVID-19, así que, al menos en este formato reducido, volverá la acción hasta el venidero 4 de septiembre.

A diferencia de su parienta mayor, esta lid se disputará en cuatro grupos, dos de Occidente y dos de Oriente, y a las semifinales se clasificarán los líderes de cada llave, para enfrentar la postemporada en duelos a un máximo de cinco choques.

Es poco, muy poco, pero es algo. Lo ideal es que la justa marche paralela al torneo élite, con similar formato y calendario, para que incluso los equipos provinciales puedan nutrirse de los más destacados, que estarían en plena forma deportiva, y no como se hace actualmente, que solo un grupo de jugadores se mantiene activo en las academias provinciales, cuyo trabajo puede ser muy bueno, pero no se compara con el juego diario.

Sabemos que las carencias materiales están detrás de todo, porque a veces hasta para la serie élite hay limitaciones en cuanto a desplazamiento y alojamiento, pero no podemos conformarnos con una sub-23 de 15 juegos.

El evento «choca» con la Superliga, que debe iniciarse posteriormente y que nace envuelta en la polémica, desde los nombres y la conformación de los equipos hasta su propio desarrollo, pues arrancaría este año, pero no se retomaría hasta 2024.

Aquí se trataba de priorizar, y quizás no era el momento de lanzar esa Superliga, porque asumir tres torneos en un mismo año parece demasiado cuando el bolsillo aprieta y está en juego el futuro de la pelota en Cuba.

Sí, porque es de la sub-23 de donde se están nutriendo la mayoría de los conjuntos para el torneo mayor, pero si no se puede apreciar con justeza el talento de esos muchachos, corremos el riesgo de cometer errores que luego se traducen en desmotivación, abandono del deporte y hasta del país para algunos de estos jóvenes.

Esta vez hemos tomado del lobo un pelo, pero a la larga no sabemos si es mejor supeditar el certamen de base a uno de élite que sí, debe llenar las tribunas, pero frenará de alguna manera el progreso de quienes necesitan más que nada acumular entradas de labor. El tiempo dirá si esta opción es la mejor, o veremos la oreja peluda del lobo al final del camino.

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