Polimitas cubanas: Con la belleza a cuestas

Polimitas cubanas: Con la belleza a cuestas
Fecha de publicación: 
4 Febrero 2021
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Imagen principal: 

Foto: Julio A. Larramendi

En estos días en que no hay muchos motivos para la sonrisa y la alegría porque el rebrote de la COVID-19 alcanza números dolorosos, ensombreciendo el panorama, compartimos imágenes e información sobre nuestras hermosas polimitas, en particular sobre la Picta, que recién alcanzó el segundo lugar en la lista del Molusco del año 2021.

 


Foto: Julio A. Larramendi

Organizada por el Centro LOEWE de Genómica Traslacional de la Biodiversidad y por la Sociedad Internacional de Malacólogos, esta selección se apoyó en una votación pública y en línea que eligió entre 120 especies nominadas por investigadores y otros expertos.

Del total de 21 mil 927 votos de más de 126 países, el 36% fue para el Gran Argonauta (Argonauta argo), que resultó ganador, y siguiéndole los pasos, en segundo puesto quedó, con 6 377 votos, nuestra Polymita Picta, cuya concha consideran los entendidos en malacología como la más bellamente coloreada que existe en la Tierra.

El nombre científico de las polimitas, moluscos endémicos de Cuba y en riesgo de extinción, significa muchas (poly) rayas (mitos), ya que ese es un rasgo de la mayoría, aunque las hay que no son rayadas.

 


Foto: Julio A. Larramendi

Para la protección de estos bellos ejemplares, estudiosos y autoridades han juntado hombros en Cuba. La Aduana General de la República, por ejemplo, enfrenta el tráfico ilegal con este caracol, apoyándose en la Resolución 160 del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, donde se fijan regulaciones para proteger una amplia lista de especies significativas para la biodiversidad.

Suelen localizarse en áreas muy boscosas de la zona oriental del país, sobre todo en Baracoa y Mayarí.

Existen seis especies de polimitas, como popularmente se les conoce: Muscarum, Sulphurosa, Versicolor, Venusta, Brocheri y Picta. Esta última, la de colores más hermosos, y ahora premiada. 

 


Foto: tomada de citmatel.cu

Son oriundas de la zona oriental del país, sobre todo de la región inscrita en las Cuchillas del Toa, del grupo Sagua-Baracoa y considerada reserva de la biosfera por su abundante y magnífica biodiversidad.

Por si fuera poco su belleza, las polimitas son también útiles. Quienes las han estudiado aseguran que tienen una función de control biológico sobre hongos y líquenes.  Dicen que bastan cuatro polimitas adultas en un cafeto para que las hojas de esta planta se mantengan libres de hongos, e igual sucede con seis en una mata de guayaba.

Estos moluscos singulares son gasterópodos, que así se les llama por poseer un pie carnoso en la parte ventral mediante el que se trasladan por sobre los árboles, su hábitat natural.

 


Foto: Julio A. Larramendi

Sobre todo suelen entrar en actividad durante la noche, porque poseen hábitos nocturnos estos animalitos que tienen respiración pulmonar y son muy delicados a los cambios de temperatura, de luz, humedad y salinidad del ambiente. De ahí que no se hayan adaptado a nuevos territorios.

También entre las ramas de los árboles, en las silenciosas y quietas regiones boscosas, las polimitas se reproducen. Por ser hermafroditas, cada una cuenta con órganos reproductores masculinos y femeninos y, al llegar la época del apareamiento, generalmente durante la época lluviosa, un par de ellas se unen y mutuamente se fecundan, quedando ambas fertilizadas.

 


Foto: Julio A. Larramendi

Quienes han estudiado el apareamiento de estos moluscos indican que viene precedido por un original cortejo, de una media hora, el cual incluye gran actividad: ambos caracoles se desplazan uno frente al otro y en movimientos circulares, agitan los tentáculos y los rozan entre sí. Ello, antecediendo a la unión de unos 20 minutos en los que permanecen inmóviles y enlazados, solo agitando de a poco los tentáculos. 

El prestigioso fotógrafo cubano Julio A. Larramendi, director de Ediciones Polymita, se cuenta entre los pocos y privilegiados testigos del momento en que estos invertebrados se aparean y desovan. Compartió esta curiosidad en el magnífico libro Las Polimitas, donado por Larramendi al Ministerio de Cultura para descargar gratis desde el portal web de Cubarte.

 Con textos del Doctor en Ciencias Biológicas José Espinosa, diseño de Pepe Nieto y edición de Silvana Garriga, sobre ese volumen con más de 500 fotos, Larramendi apuntó: «Durante tres años estuvimos recorriendo las zonas orientales fotografiando las seis especies de polimitas en su hábitat natural».

 


La polimita desovando. Foto: Julio A. Larramendi

Una vez que maduran los minúsculos y preciados huevecillos que las polimitas conservan en su interior, los colocan, en número de treinta o más, en orificios que cavan en la tierra o entre hojas caídas del árbol donde habitan y al cual, unos 12 días después, subirán las polimitas recién nacidas, de entre dos y tres milímetros de tamaño, para comenzar un nuevo ciclo de vida con la hermosura a cuestas.

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