Las personas con piernas inquietas padecen un síndrome también conocido como Enfermedad de Willis-Ekbom. No se refiere a quienes mueven, a voluntad, sus extremidades inferiores con determinados ritmo y frecuencia —como si se meciesen buscando dormir—, sino se trata de aquellos individuos a quienes les resulta un poco imposible dejar el balanceo.

No es una exageración, tal intranquilidad es un trastorno neurológico que incita el movimiento porque es la manera de aliviar o hacer que desaparezcan las molestias.

Este texto, a propósito del Día Mundial del Síndrome de Piernas Inquietas, el 23 de septiembre, es para esa parte de la población que se exaspera ante una persona que posee esa necesidad incontrolable de moverse. Muchas veces la gente cercana manifiesta que esa agitación les da ansiedad, les trasmite una especie de nerviosismo, y lo hacen porque no entienden que tanto vaivén es parte de su propia manera de encontrar mejoría.

Casi siempre esto sucede por desconocimiento. Por eso aquí te contamos en qué consiste, cuáles son los síntomas y diagnóstico.

Imaginen que después de un día ajetreado, cuando ya es hora del descanso, aparecen sensaciones insoportables en las piernas que pueden ser intensas. Son descritas como hormigueo, dolor, picazón, tensión, cosquilleo, palpitaciones, y corrientazos, entre otros. Suele desesperar que eso suceda mientras se quiere estar tranquilo, ver la televisión o dormir, y también lo complica que la mejoría se encuentre en el meneo, o en estiramientos, así como en sacudir las piernas, y pasear o caminar.

De manera momentánea así se consiguen aliviar esas molestias de las piernas, pero eso implica que por largos periodos estarán moviéndose. Por eso, las personas aquejadas no reposarán bien porque es en las noches cuando más les sucede, padecerán insomnio, y durante el día estarán soñolientos, cansados, por tanto, interferirá en las actividades diarias, y puede que se muestren ansiosos, irritados o deprimidos, pues es una situación que tiende a empeorar con los años.

Imagen tomada de https://www.diabetesaldia.info

La Enfermedad de Willis-Ekbom puede llegar temprano en la vida, y en la actualidad no se tienen muy claras sus causas. Hasta el momento se tienen distintas hipótesis, ninguna concluyente: puede ser una condición hereditaria o adquirida colateralmente por otros trastornos asociados a anemia e insuficiencia renal, o incluso por reacción a determinados tratamientos medicamentosos como antidepresivos, antipsicóticos, algunos contra las náuseas, el resfriado o la alergia; también puede aparecer con el embarazo o por cambios hormonales bruscos.

De acuerdo con información científica, el Síndrome de Piernas Inquietas es vinculado a afectaciones en los niveles de dopamina, una sustancia química que desde el cerebro es capaz de enviar señales para regular el movimiento del cuerpo. Además, los estudios refieren que el déficit de hierro en sangre o la descompensación de la ferritina inciden en el buen desempeño de ese componente.

No es una enfermedad grave en sí misma, pero a veces es señal de que algo más importante sucede en el organismo. Por ejemplo, se relaciona con el mal funcionamiento de los riñones, lesiones en la médula espinal, o con la Neuropatía periférica y el Parkinson. Sin embargo, aunque es una condición que no se debe ignorar, a menudo la principal dificultad radica en que no se consigue dormir bien porque interrumpe el sueño, y, en consecuencia, perjudica la calidad de vida.

Cuando el padecimiento se encuentra no muy adelantado en su gravedad puede ayudar hacer ejercicios de estiramiento y relajación antes de dormir, así como recibir masajes o tomar un baño de agua tibia para llegar lo más sosegados posibles al momento de acostarse.

Recuerde que este es un texto ilustrativo sobre un problema un poco misterioso, y que un diagnóstico certero solo podrá ofrecerlo el personal médico. Observe las señales de su cuerpo y busque atención especializada si siente alguno de sus síntomas.