Manuel Porto… Toñín más que un personaje de ficción

Manuel Porto… Toñín más que un personaje de ficción
Fecha de publicación: 
7 Agosto 2021
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Cubano bonachón, que cuenta con orgullo haber nacido en el Vedado y a solo tres días llegó con su familia para habitar durante mucho tiempo la parte contigua de la Isla del Polvo (reparto Pogolotti). Manolito, el hijo de Porto padre, oriundo de un reparto al que quiere con la misma intensidad con que le es devuelto ese cariño por toda la gente que le ve pasar, moverse a la bodega, o simplemente detenerse en saber cómo la vida. Todo desde la más absoluta sencillez.

Y justo es ese rasgo uno de los que más identifica a Porto con el personaje de “Toñín” en la actual telenovela. En cualquiera de ellas puede aparecer un “Toñín”, uno de esos roles que sin protagónico no necesita serlo en aras de ofrecer múltiples mensajes de incuestionable valor ético. Al respecto nos comenta Porto:

“Toñín es un hombre de mi edad, de mi generación, tenemos muchos puntos de contacto porque al triunfar la Revolución yo tenía trece años, y esa o un poquito más tendría este personaje, lo cual significa que se incorporó a ese movimiento extraordinario que es la Revolución cubana y gracias a ello se pudo convertir en técnico, fue de los hombres de Girón, de la Crisis de Octubre, de los combatientes contra los bandidos del Escambray, de los que luchó contra los atentados a los cañaverales. Por tanto, es el resultado de un momento muy particular al cual él es siempre fiel.

“Por otra parte, es un hombre humilde que me enorgullece representar porque a partir de experiencias de vida comunes, su modo de sentir y comportarse no varía aun cuando las circunstancias puedan ser desfavorables. Y ese modo de sentir y proyectarse lo siento, a su vez, como un compromiso con mi papá, que me enseñó la línea ética que ha sido mi vida con respecto a la Revolución, a partir de su propio ser y actuar en consonancia.

““Toñín” es un hombre simpático, trabajador, que le entregó su vida a la Revolución, y, además, tiene valores éticos muy firmes con respecto a la amistad, la sinceridad… la lealtad.”

Y más allá de su significación, detrás de esta figura quiso impregnar otros significados Porto

“Efectivamente, lo consulté con el director y quise distinguir con su boina verde olivo al personaje, como homenaje a una gran persona que yo quise mucho y quiero mucho, se trata del gran actor cubano Salvador Wood, que contantemente le rendía homenaje a la Revolución y a la Patria, cuando en momentos importantes se colocaba la boina verde olivo de los milicianos, eso era un sello en él y también “Toñín”, cuando tiene que presentarse a resolver situaciones de índole mayor, lo hace”.

Uno de esos momentos dramáticos fue el momento del retiro

“Ciertamente, es que como él dice a la jefa de personal, esos detalles para hacer feliz en ese momento a la gente ya no importan, aun cuando este personaje llegó a inventar una pieza que le ahorró al país, muchísimos recursos. No obstante, “Toñín” sigue su paso, y esas mediocridades no le quitan el sueño. Es una buena persona que logra meter por el aro a su hijo, y forma parte del grupo de personajes que acompañan al personaje de Nora, y es importante su inserción en los nuevos momentos que vive la propia Nora”.

Más allá de esos valores como personaje, ¿qué otras satisfacciones le ha dado esta telenovela?

“Lo principal es que somos representantes de una generación, independientemente del pasado que cada uno de los personajes tuvo. Hay muchos Toñín, “muchos machetes”, en nuestras calles; repito que los actores que llevamos el peso dramático de la historia vivimos esos procesos y nos hemos insertado a los logros de este país, cada cual cómo ha podido, pero inmersos siempre, independientemente de los conflictos familiares o de otro tipo”.

De “Toñín” hacia otras circunstancias

Para Manuel Porto conversar sobre un personaje, cualquiera que este sea, es uno de los mejores pretextos para valorar la vida, en ese sentido no necesita asumir el personaje con más escenas ni diálogos. A su juicio el mejor rol es el que más exprese, al que más se le pueda extraer significados, en uno o diez capítulos.

El rodaje fue difícil, pero hubo que adaptarse a las circunstancias; fue un rodaje interrumpido por la Covid-19, y la televisión, como todo proceso artístico, es una cadena que si se rompe alguno de sus eslabones es un caos, pero el esfuerzo fue muy grande, salió el resultado y la gente la está siguiendo”.

Siempre exigente con la puesta en pantalla, cuando se ve comienza a decirle a su inseparable esposa Lila que en esta escena podía haber hecho más o menos, tanto es así que asegura: “prefiero al Toñín que está escrito que el que veo en pantalla, confieso que soy muy majadero y Toñín merece un tratamiento digno tal y como es él”.

Hacia nuevos proyectos

Y mientras esa telenovela corre Manuel Porto prepara un próximo personaje contradictorio; un hombre que no está de acuerdo con muchas cosas que suceden y parece estar en contra de los hombres, pero hay verdades importantes en él. Al respecto nos comenta:

“Se trata de otro rol pequeño, en este caso es una telenovela que está dedicada al sector de la construcción, y una vez más me satisface la idea de que sea abordada, entre diversas líneas argumentales, la igualdad de la mujer. Ese es un aspecto de nuestra sociedad que no nos podemos cansar de tratar.”

Y de seguro sobre Manuel Porto volveremos porque el próximo 13 de agosto estará de aniversario el Proyecto Cultural Comunitario Korimakao, uno de sus grandes retos vencidos desde el prisma de asumir el arte como la más alta expresión de lo bello. Una de sus razones para aplaudir a la Revolución Cubana como ese hermoso y difícil proceso cultural, donde también descubrió a otros Toñín.

 

 

 

 

 

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