La tilde de la discordia

La tilde de la discordia
Fecha de publicación: 
2 Abril 2023
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Imagen: Fernando Hernández/ elpaís.com

Es probable que nunca antes una tilde –un acento ortográfico, para los de más edad- haya dado tanta guerra como la del adverbio “solo”.

Al menos así pudiera deducirse del más reciente pronunciamiento de la Real Academia Española (RAE), cuyo director públicamente dio a conocer el pasado jueves que, en reunión plenaria, habían acordado, esta vez por unanimidad, que ya es posible poner tilde en el adverbio “solo”, cuando, a juicio del que escribe, haya ambigüedad.

No es del todo usual que el propio director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, se encargue de tales anuncios sobre modificaciones similares de la redacción de la norma o de la norma misma. Pero todo parece indicar, por la manera en que encaró el asunto, que no fueron pocos ni dulces los debates suscitados en torno al tema.

 


El director de la RAE en su conferencia de prensa del pasado jueves. Foto: EFE

Y, para colmo, luego de la tempestad primera entre filólogos y lexicógrafos, habían informado con imprecisiones sobre lo acordado. 

“Hubo problemas de comunicación ya que se dijo que había sido aprobado por unanimidad cuando había un voto en contra” y también “hubo precipitación en comunicar el acuerdo y expresiones en tuits que no eran lo más precisas”, detalló Muñoz Machado, según reporte de EFE.

Nunca “solo”, sin tilde, estuvo tan acompañado

No es nuevo este debate por una tilde diacrítica para “solo” en función de adverbio. Hace más de una década -luego de que la RAE actualizara la Ortografía española de 1999-, había sorprendido entre las novedades que se desaconsejaba ponerle tilde a solo en su función adverbial. Si alguien decidió de todas formas no renunciar al dichoso acento, la RAE aclaraba que no lo consideraba una falta de ortografía.

Pero recomendaban emplear sobre todo sinónimos como “únicamente” o “solamente”, para así evitar posibles confusiones al decodificar el uso de “solo” como adverbio o como adjetivo. Claro está, no es lo mismo asegurar que Solo pudo comprar el pollo, a decir que Sólo pudo comprar el pollo; en el primer caso, el sujeto de la oración anda sin compañía y quizás pudo también comprar perritos y hasta picadillo; pero en el segundo ejemplo, el sujeto que realiza la acción, no importa si venía con todos los vecinos de la cuadra, únicamente pudo comprar el pollo… se quedó sin “lo otro”. La diferencia es sustancial.

 


Foto: tomada de enperspectiva.uy

Los anteriores ejemplos no fueron precisamente los empleados durante aquellos análisis, aunque, de todos modos, aseguran que resultaron encarnizados los enfrentamientos  entre quienes defendían desde la costumbre y el estilo mantener el acentico y aquellos más pragmáticos que preferían omitirlo.

El asunto es que aquellos polvos trajeron estos lodos, como reza el viejo proverbio, y en la primera de las dos recientes rondas de debates sobre el tema, igual se encresparon los ánimos. Felizmente, en el último de estos plenos parece que primó la serenidad porque el director de la RAE aseguró sobre tal reunión que “Hemos llegado a una solución pacífica del agrado de todos y hemos tenido un gran pleno”.

Para que no quedaran dudas sobre el espíritu salomónico que primó en el encuentro, a donde sí se alcanzó unanimidad en el acuerdo, el directivo agregaba que “Nadie ha dado su brazo a torcer ni hay vencedores, por más que algunas comunicaciones públicas aparenten otra cosa”.

¿Y cómo es por fin lo de la tilde?

 


Imagen: tomada de elcronista.co

Como esta comunicación no intenta anotarse entre esas "algunas" que aparentaron otra cosa a lo realmente sucedido, y su único fin es esclarecer a lectores, escritores, editores y otros afines sobre los pronunciamientos de la academia, a continuación se explican los detalles:

No se ha aprobado una modificación de la regla, sino una modificación de la redacción de la regla. Lo cual significa la posibilidad de poner tilde en el adverbio “solo” cuando a juicio del que escribe pueda existir ambigüedad en la comprensión del mensaje. Pero el cuartico está igualito, es decir, ahora no se vuelve obligatorio ponerle la tilde o acento a “solo” en su función adverbial.

Sencillamente, dejan el asunto a decisión del que escribe, “a su aire”, diría mi joven vecino. Ojalá quienes corrigen o evalúan los textos no se dejen llevar por aires diferentes al que impulsó al autor.

Nada, que es una tilde, una brevísima tilde que no cambiará el orden de este mundo donde sólo (solamente) una carga no va a ser suficiente para acabar con los bribones.

 


Foto: tomada de lastampa.it

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