A la nariz pegado

 A la nariz pegado
Fecha de publicación: 
2 Febrero 2021
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“Érase un hombre a una nariz pegado” escribía hace cuatro siglos el  genio de Quevedo sin suponer que ahora, además de un hombre, lo que debería ir pegado a la nariz era… el nasobuco.

Y da lo misma que sea “superlativa”, como la calificara el gran poeta español en su soneto, o que sea chata, respingada o como pico de águila, el asunto es que el nasobuco TIENE que ir cubriendo la nariz.


Don Francisco de Quevedo, autor del soneto satírico “A una nariz”. Foto: estandarte.com

No hace mucho el conocido doctor Durán habló sobre el tema, pero basta con una rápida ojeada a las calles para comprobar cuántos andan con la mascarilla mal puesta.

Parecen desconocer, o simplemente no les importa, que es precisamente la nariz una de las principales vías por la que el SARS-CoV-2 -esa “cosa” maldita- penetra al organismo humano.

Importantes cargas virales se han detectado precisamente en las membranas mucosas de la nariz, donde, al igual que en la boca y los ojos, se puede depositar ese coronavirus, transportado en las microgotas expelidas por alguien infectado al toser, estornudar e incluso hablar.

Pero hay más razones para llevar correctamente el nasobuco protegiendo la nariz y no solo la boca: Una vez que el virus se posiciona en la mucosa olfativa, parece que pudiera usar las conexiones neuroanatómicas, como el nervio olfativo, para llegar hasta el cerebro.

Dicha sentencia no resulta conclusiva, pero así lo ha determinado un estudio publicado en  Nature Neuroscience, donde refieren haber encontrado cantidades significativas de ARN (ácido ribonucleico) y proteínas del SARS-CoV-2 en la mucosa olfativa. 

Esa membrana, situada al final de las fosas nasales, aloja las células nerviosas que permiten al cerebro traducir los olores que entran por la nariz y es por ello que las personas contagiadas suelen perder el sentido del olfato, fenómeno conocido como anosmia.

En sus conclusiones, los científicos alemanes autores del citado estudio plantean que la presencia del virus en el tallo cerebral, donde entre otras cosas reside el control de la respiración o el ritmo cardíaco, podría estar influyendo en los problemas respiratorios o cardíacos de muchos de los casos graves.

Entre pobladores suele insistirse en guardar la distancia física, sobre todo cuando se espera en las colas, pero no son muchos los que reclaman al de al lado que lleve bien el nasobuco o no se alarman por eso, ni siquiera ahora que los contagios alcanzan en Cuba cifras preocupantes.

Lo mismo para protegerse uno que para cuidar a los demás es imprescindible no solo llevar el tapaboca, sino llevarlo bien, “a una nariz pegado”.

 

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