La Habana: ¿Dónde están los culeros desechables?

Revolico y los grupos en Facebook de venta de canastilla para bebés están abarrotados de culeros desechables, la gran mayoría comprados en las tiendas en moneda nacional, supuestamente bajo orden y control, pero que después son revendidos como por cinco veces su costo real.

Hoy día podría asegurar que hay personas que tienen más paquetes de culeros en sus casas de los que hay en los almacenes de tiendas. 

El medidor o la notificación de si sacaron talla 1 ó 4 es rápida y sencilla, son las redes sociales. Cuando empiezas a ver reiteradas publicaciones de este tipo te indica que surtieron y los revendedores son los primeros en enterarse, encabezar filas y pactar precios.

Hace menos de 1 mes cuando solo me quedaban para mi bebe tres culeros decidí ir a una tienda en el Vedado y sacrificar un día entero para hacer la cola. El resultado fue caótico, las mismas oportunistas de siempre, porque normalmente son mujeres y con bebés en brazos bajo el sol, empezaron a fajarse para colarse unas por delante de otras y el administrador de la tienda decidió no vender más ese día.

Afirmar que eran revendedoras no era imaginación mía. En un momento de discusión la encargada de la cola regañó a algunas por su recurrencia en la misma tienda, eran las mismas caras varias veces en una misma semana.

Realmente como aquello sucedió a las 11 de la mañana nunca supe si en la tarde reanudaron la venta. La verdad fue que salí decepcionada e insatisfecha sin un paquete de culeros en manos y la posibilidad de tener que gastar una alta suma de dinero en ello.

La impotencia de ver cómo algunas madres salían repletas de culeros solo para sacarle provecho y no para uso propio era desesperante. Justo a mi lado una joven incluso decidió aprovechar la coyuntura de la cola y escasez para vender 6 paquetes de culeros talla 1.

Cuando un paquete de talla 4 ó XL en tienda te cuesta menos de 300 pesos, un revendedor tiene la dicha de burlarse de ti revendiéndolo en 1000 o hasta en 1500 pesos, un paquete que a lo mucho dura una semana.

La escasez de culeros desechables y el acaparamiento de ellos por los revendedores es un mal que sufrimos muchos padres y madres. Un fenómeno que mientras más “controlan” más se fortalece.

Realmente es insultante ver publicaciones con fotos donde aparecen pacas y más pacas de culeros, todas sacadas de las tiendas oficiales, y yo me pregunto, cuándo podré comprar de nuevo culeros para mi niño sin necesidad de hacer ocho horas de colas o sin caer en el medio de la vulgaridad de discusiones como animales fajándose.