La arquitectura de la Antártica como rubro económico

La arquitectura en un lugar tan frío como la Antártica tiene sus características peculiares, pero indudablemente hoy constituye un elemento más en el panorama económico y comercial del planeta.

Ese parecer lo sustentan especialistas de diversas partes del mundo que lo reflejan a manera de resumen en Internet y publicaciones especializadas de arquitectura.

Diseños futuristas caracterizan a las edificaciones de la Antártica, el lugar más seco, frío y despoblado del planeta, donde sin embargo hay que tener en cuenta condiciones de viviendas.

De ahí que la arquitectura prevista para esa parte del orbe tenga sus peculiaridades, con diseños que consideren edificios largos, planos y brillantes, hogar temporal para por lo menos 65 personas.

El costo de tal vivienda puede rondar los 100 millones de dólares y la construcción anunciada estará a cargo de una empresa china, y muy pocas personas podrán apreciar las bondades de la novedad.

Ese edifico será levantado en la Antártica, y se convertirá en la nueva sede de la estación Comandante Ferraz para la exploración brasileña en esa región.

Después de que la base original fuera consumida por las llamas en 2012, la fuerza naval de Brasil lanzó un concurso para escoger el mejor proyecto para construir una nueva.

Un estudio de arquitectura brasileño ganó la convocatoria y la Corporación Nacional de Importación y Exportación de Electrónica de China (Ceiec), empresa china de ingeniería y defensa, se hizo cargo de la construcción. La obra se completará en 2018.

Localizada en una isla cerca de la costa de la Antártica, se encontrará a mil kilómetros del punto más austral de Suramérica, sin enlaces por aviones ni barcos comerciales. En 2013 la India presentó su nueva base Bharati, con un diseño igualmente moderno. Para este caso, la construcción consiste en 134 contenedores prefabricados para facilitar el transporte y las obras, pero esto no puede distinguirse a simple vista.

En 2014, Surcorea inauguró la estación de Jang Bogo. Esta se compone de un gran módulo dividido en tres alas que está sostenido por bloques de acero reforzado, en el que pueden albergarse hasta 60 personas.

La editora en jefe del diario Polar Journal, Ane-Marie Brady, recordó que las estaciones en la Antártica se están convirtiendo en el equivalente de las embajadas en el hielo.