La AIBA busca estabilidad

La AIBA busca estabilidad
Fecha de publicación: 
5 Octubre 2020
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La Asociación Internacional de Boxeo (AIBA) elegirá antes de finalizar el año un nuevo presidente en el congreso ordinario de la entidad, afectada por disímiles escándalos en los últimos años.

Por eso, quien salga electo en el cónclave, previsto entre el 13 y el 14 de diciembre de este 2020 (por supuesto en sesión online), tiene como primera tarea recuperar el prestigio de este deporte, que corre el serio riesgo de ser apartado de los Juegos Olímpico.

Hay que remontarse a más de dos décadas para comenzar a encontrar los problemas extradeportivos, y sobre todo de corrupción, dentro de la cúpula de la AIBA, entonces bajo el mando del paquistaní Anwar Chowdry.

Varios fueron los problemas durante su mandato, el más sonado de ellos la retirada de Cuba del Mundial de Houston 1999, por los robos arbitrales. En cualquier otra circunstancia, nuestro país hubiera sido sancionado, pero eran tan evidentes las irregularidades, y tan alto el prestigio del pugilismo antillano, que nadie se atrevió a proponer una sanción contra Cuba.

A pesar de todo, Chowdry pudo sostenerse en el cargo hasta 2006, y asumió entonces el taiwanés Wu Ching-Kuo. Quienes pensamos que con el paquistaní habíamos tocado fondo estábamos muy equivocados.

Apenas dos años más tarde, en la cita estival de Beijing, otro escándalo sacudió la AIBA, cuando el exfederativo rumano Rudi Obreja acusó a los máximos directivos de corrupción, y denunció manejos de los grupos de árbitros.

Las cosas de apaciguaron un poco para Londres 2012, pero en Río llegó el acabose, con la manipulación de los boletos olímpicos, y el famoso tema de los siete magníficos (los siete árbitros “estelares” de la AIBA), de los cuales siempre hubo alguno envuelto en peleas y torneos polémicos.

El uzbeko Gafur Rakhimov asumió en 2018, pero no duró ni un año, pues debió abandonar el cargo debido a las divergencias de la AIBA con el Comité Olímpico Internacional, y de manera interina ha regido los destinos de la institución el marroquí Mohamed Moustahsan.

Toda esta historia solamente apunta a una cosa: hay que limpiar la imagen de la AIBA, demasiado empañada por irregularidades económicas, administrativas y arbitrales, que atentan contra el buen desarrollo de las competencias y la salud de este deporte.

De momento se conocen dos aspirantes: el exboxeador y abogado azerí Suleyman Mikhayilov, y el dominicano exvicepresidente de la AIBA Bienvenido Solano, pero cualquiera que se siente en ese sillón tendrá una ardua tarea por delante, pues recuperar la confianza es de las cosas más difíciles de este mundo.

Comentarios

Que arte se dan losDominicanos para no ser primeros en ninguno de los deportes en los que presiden o tienen cargos de relevancia.
chinochan@gmail.com

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