Jóvenes opinan en sus redes sociales respecto a la situación en Cuba

En un contexto mediático en el que las redes sociales digitales resultan empleadas para distorsionar la realidad cubana de los últimos días ─y en el que, incluso, medios de comunicación extranjeros participan en la desinformación─, sería oportuno acceder a voces no visibilizadas por la maquinaria desinformativa.

¿Qué opiniones vierten en sus perfiles de redes sociales los jóvenes de Cuba? ¿Existe una “lucha espontánea” contra la “dictadura”? ¿Cuál es la perspectiva de la juventud cubana en torno a los acontecimientos desencadenados a partir del pasado domingo 11 de julio?
 

Amanda Terrero Trinquete, investigadora en el Centro de Estudios Che Guevara

(…) Ni protestas, ni pacíficas. La agresión, el saqueo y la destrucción de instituciones de servicio público no es la voz de un pueblo indefenso que se quiere hacer escuchar, es vandalismo y delincuencia.

Qué asco la manipulación en las redes y de algunos medios de prensa internacionales que van diciendo por ahí que los cubanos piden comida y vacunas. Mi segunda dosis de Soberana 02 fue el sábado y casi todos los días alguien me dice: “Mañana me toca vacunarme”.

Soy cubana de a pie, soy joven, soy revolucionaria y soy comunista. No, ¡ni tengo hambre, ni estoy confundida! Cuba es de los cubanos y eso lo tenemos claro. Tenemos derecho a construir nuestro propio proyecto social sobre la base del diálogo y la tolerancia.

Sin manipulación, sin injerencia y sin hipocresía. Si te preocupas por mí di #AbajoElBloqueo.

Hoy he amanecido más tranquila, más segura de esta Cuba nuestra que no se va a venir abajo, porque tengo hermanos que están conmigo, hermanos que no conozco, pero que están ahí y me lo dicen esta mañana...

Alejandro Redondo Ramos, jurista en el Ministerio de Justicia

Vivimos tiempos donde se torna imperdonable dejarse perder en la niebla de la desinformación, llevar por la inercia sin detenerse un momento a analizar el contexto, creer que todo es tal cual se nos quiere mostrar: inocente, benévolo, sin dobles intenciones.

Se presenta a nuestro país como si fuese un caso excepcional, el único con Covid, en una crisis rara y única, aparentemente incomprensible ante la perspectiva de un hipotético mundo que logró superar esta pandemia de manera triunfante y sin rasguños. Bicho raro que no sabe gobernarse y requiere de una intervención internacional que a base de cañonazos y presiones nos enseñe que constituye un error la producción de 5 candidatos vacunales, hacer mucho con poco, tener de los índices de mortalidad más bajos del mundo, y dirigir con “oídos pegados al suelo” y ojos mirando al horizonte. Pecados de un país que se niega a bajar la cabeza, rendirse y sucumbir, con su insoportable irreverencia a las potencias mundiales que solo quieren “ayudar”.

Por favor, no seamos ingenuos, no son tiempos para la desunión, ni de dar pasos en falso, es momento de demostrar nuestra valía, de valorar a los que piden haciendo y no detrás de un móvil, a los incansables que la adversidad vigoriza, a los que sienten en sus hombros la responsabilidad de cumplir con su deber y cumplir bien, por ellos y por los 11 millones.

A los que pretenden ayudar a Cuba desde el genuino desinterés y solidaridad, bienvenidos sean. Para los demás, los cómodos, los que piensan en su país con visión de egoísmo y falsedad, les digo que sigan pidiendo, pero que pidan lo que de verdad necesitan, #SOSPatriotismo #SOSCubanía, #SOSDignidad. No hay más nada que decir.

Fabio Fernández Batista, profesor en la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana

Lo digo en pocas palabras. Estoy en contra de:

1- Todo propósito de caotizar nuestra realidad en este escenario de pico pandémico.

2- De la incitación a la violencia vandálica cuyos efectos ya se han visto.

3- De cualquier contribución al despliegue de un escenario favorable a una intervención extranjera.

4- Del propósito explícito o implícito de restaurar en Cuba un capitalismo que será, a no dudarlo, subdesarrollado y dependiente.

5- De aquellos, incluso amigos míos, que desde la comodidad de su sofá, comiendo Nutella y viendo Netflix se complacen de que nuestro país arda.

*Los sujetos que se citan fueron consultados y dieron su consentimiento para que sus opiniones fueran tomadas de sus perfiles y publicadas aquí.