Intervisión 2025: Festival de música y denuncia social desde Rusia
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En medio de la polémica generada por la edición 2025 de Eurovisión, realizada en Israel, ha resurgido la importancia de Intervisión desde Rusia, como plataforma alternativa para la música y la cultura en Europa.
Mientras algunos artistas y delegaciones denunciaron restricciones y censura indirecta en la participación de ciertos cantantes y propuestas artísticas, Intervisión se consolida como un espacio donde las voces marginadas encuentran difusión y visibilidad.
El evento europeo tradicional, que suele mezclar entretenimiento y diplomacia cultural, enfrenta críticas por priorizar intereses políticos sobre la libertad de expresión.
Diversos grupos y artistas palestinos y de otros territorios señalados por políticas restrictivas han denunciado la manipulación de contenidos y la imposibilidad de transmitir mensajes críticos sobre la ocupación y la represión.
Ante ello, Intervisión, el histórico festival de música que surgió en el bloque soviético como contraparte de Eurovisión, se presenta hoy como un referente de resistencia cultural y de solidaridad entre artistas.
Su propuesta permite que la música cumpla un rol de denuncia social, evitando la instrumentalización política que limita la creatividad y la pluralidad de discursos.
Expertos en comunicación cultural y derechos humanos destacan que la existencia de plataformas alternativas como Intervisión es clave para garantizar la diversidad cultural en tiempos de censura y conflictos.
Además, ofrecen a los artistas oportunidades de visibilizar causas que de otro modo serían silenciadas, desde la defensa de Palestina hasta la promoción de derechos de minorías y comunidades marginadas.
Para la crítica musical, la relevancia de Intervisión radica en que no solo conserva un legado histórico, sino que también reivindica la función social del arte: permitir que el público acceda a relatos, emociones y experiencias diversas, más allá de los límites que los grandes festivales comerciales puedan imponer.
En este contexto, se perfila como un mecanismo de resistencia cultural, demostrando que la música puede ser un canal efectivo para la denuncia, la solidaridad y la construcción de puentes entre sociedades, aun cuando los escenarios principales censuren o invisibilicen ciertas voces.
Con más de 20 países
El festival alternativo a Eurovisión, se celebrará el 20 de septiembre en Moscú, Rusia, con la participación confirmada de 23 países. Este evento tiene como objetivo ofrecer una plataforma para voces diversas y marginadas, promoviendo la música como herramienta de denuncia social y resistencia cultural.
Entre los países participantes se encuentran Bielorrusia, Brasil, China, Colombia, Cuba, Egipto, Ecuador, Etiopía, India, Kazajistán, Kenia, Kirguistán, Madagascar, Qatar, Rusia, Arabia Saudita, Serbia, Sudáfrica, Tayikistán, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Uzbekistán, Venezuela y Vietnam.
Todos seleccionados por su compromiso con la diversidad cultural y su disposición a promover la libertad de expresión y la solidaridad internacional.
Entre los artistas destacados se encuentran Nastya Kravchenko (Bielorrusia), Nidia Góngora (Colombia), Zulema Iglesias Salazar (Cuba), Mustafa Saad (Egipto), Amre (Kazajistán), Nomad (Kirguistán), Denise & D-Lain (Madagascar), Dana Al Meer (Qatar), Shaman (Rusia), Zena Emad (Arabia Saudita), Slobodan Trkulja & Balkanopolis (Serbia), Farrukh Hasanov (Tayikistán) y Shokhrukh Ganiev (Uzbekistán).
El evento se llevará a cabo en el Arena Live de Novoivanovskoye, cerca de Moscú, y es organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, la Fundación para la Conservación y Apoyo del Patrimonio Cultural y el Desarrollo de la Cultura Nacional y Mundial "Tradiciones del Arte", Canal Uno y el Grupo Nacional de Medios, bajo el lema "Música en el corazón de tu país".
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