El voly (m) cubano tiene mucho que mejorar

Yo era de los que pensaban que ya nuestra selección masculina de voleibol estaba lista para empeños mayores.

Ojalá haya sido solamente un desliz que se puede transformar en llamado de atención, pero no me gustó lo que vi este martes contra Estados Unidos en la Copa Panamericana Final Six que se juega en México.

En definitiva, Cuba conquistó su segundo éxito en la lid, al derrotar 3-2 a los estadounidenses en el Auditorio Amado Nervo de la localidad de Tepic, en Nayarit, pero hay que ir un poco más allá.

El combinado antillano cometió demasiados errores de todo tipo, pero fundamentalmente en el servicio, que debe ser un arma importante si aspiramos a regresar a la elite.

Fue tan mala la efectividad que varios apostaron por aflojar la potencia para buscar colocación, y eso facilita el trabajo de los rivales para organizar su ataque.

Por suerte el rival, que está lejos de ser de los mejores del mundo aunque su calidad no es despreciable, falló mucho más en este aspecto.

En caso contrario, creo que estaríamos lamentando una derrota, porque hubo problemas en varios momentos con el recibo (aspecto que personalmente consideraba resuelto, pero siempre ha sido parte de nuestras debilidades), no funcionó adecuadamente el bloqueo (solamente cuatro en todo el partido, que se extendió a cinco sets) y esta sí era una de las fortalezas de esta escuadra, y en sentido general se cometieron demasiados errores propios (nada menos que 43).

Con esa cifra en circunstancias normales sales derrotado de cualquier cancha, pero no se trata del principal elenco de Estados Unidos (ese está en la Liga de Naciones), y eso se notó.

Por supuesto que son jugadores con mucho talento, porque la Liga estadounidense es muy fuerte a pesar de no contar con jugadores extranjeros de renombre, y tienen una cantera inagotable, pero les falta la experiencia competitiva.

Nicolás Vives apostó por sus hombres de confianza, y solamente me quedaron dudas con el pasador, porque Adrián Goide fue de más a menos, y luego Liván Taboada se vio muy descoordinado con el resto de los compañeros, que a duras penas llegaron a golpear el balón en más de una ocasión.

Espero que esto sea solamente resultado de una mala noche, porque en caso contrario será imposible alcanzar el boleto a la venidera Liga de Naciones en el torneo Challenger de fines de mes en Sudcorea. Allí el elenco local debe ser el principal aspirante a llevarse esa plaza, y jugando como lo estamos haciendo no tenemos opción.

Este miércoles ante Canadá será una oportunidad excelente para saber si esto fue solo un desliz o realmente necesitamos mucho más team work.

Es vital para alcanzar aquí la mayor cantidad de puntos de cara a la clasificación para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador y los Panamericanos de Santiago de Chile, y también para analizar con mesura lo que nos depara el futuro de este equipo.