El deber ser de un artista

El deber ser de un artista
Fecha de publicación: 
16 Diciembre 2021
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Para el realizador José Andrés Fumero Rojas no fue fácil aprender —“casi a golpes”— como productor a defender su audiovisual Condenado a callar. Y es que él nunca se ha caracterizado por ser una persona con facilidad para la gestión y las relaciones públicas.

Sin embargo, este proyecto le obligó a asumir un rol activo dentro de la esfera productiva, donde hay que ser incluso más creativo que un director. Porque el llevar a cabo un proyecto tan ambicioso y sobreponerte a los incrédulos que le temen a un sistema de producción solo visto a niveles institucionales siempre es imponente, o sea, desarrollar una animación con un esquema de producción totalmente independiente ya es un reto gigante, y si a ello le sumas las características de esta película se vuelve una montaña como el Everest.

“Gracias al apoyo de la Muestra Joven, la AHS, Animados ICAIC, la FAMCA y el ISA, que han sido muy importantes para nuestro trabajo, y a personas con tantísima experiencia y buenos deseos como Aramís Acosta, Marisol Rodríguez, Yaite Luque, Rey Montalvo y Paul Chaviano es que ha sido posible avanzar”, reconoció Fumero Rojas tras ganar la tercera convocatoria del Fondo de Fomento del Cine Cubano (FFCC) con esta, su ópera prima animada.

¿De qué trata Condenado a callar?

Condenado a callar cuenta la historia de Alejandro, un joven pianista cubano de finales de los años cincuenta. Un artista con grandes sueños y aspiraciones para con su carrera. Ahora, trabaja a duras penas en un pequeño club nocturno de la Habana Vieja. Su situación económica es tétrica y ni siquiera tiene un piano propio. Entonces, una noche conoce a una misteriosa productora que le propone un trato mediante el cual cumpliría sus ilusiones.

Pero con el curso del tiempo y otros acontecimientos Alejandro descubre insatisfacción con su nueva vida y su decisión de acabar con la farsa acaba por desencadenar consecuencias fatales.

¿Por qué quiso realizar una animación?

Siempre me ha apasionado la animación no como género cinematográfico o plástico, sino como lenguaje expresivo. Creo que el infinito espectro de posibilidades creativas que ofrece resulta una herramienta muy efectiva para dominar todos los aspectos que conlleva contar una historia o, sencillamente, emitir un mensaje tanto narrativo como simbólico.

Esta historia está cargada, sobre todo, de un sentimiento muy personal que me rodea, que tiene que ver con el deber ser de un artista, la relación que existe entre un creador y su obra. Y como tal creí que este sentimiento no podía expresarlo a cabalidad desde la frivolidad de una cámara, un set y actores reales.

La plasticidad me ofrece crear todo lo que compone la obra. Desde el más pequeño decorado hasta la conclusión de la película misma me hacen estar más en contacto con mi propia obra para así tratar de entender cada día más esta relación creador-obra.

Además, como director audiovisual me permite controlar desde el oficio y el intelecto cada uno de los aspectos de la puesta en escena para ser más aguzado y preciso en torno al mensaje o el superobjetivo de esta propuesta cinematográfica.

¿Qué representa ganar el Fondo con esta ópera prima?

El Fondo llegó para ser ese gran paso de avance que necesitábamos. Nuestro proyecto se vio interrumpido a lo largo de los casi 5 años que llevábamos realizándolo por diversas circunstancias.

La pandemia vino a mutilar muchos de nuestros esfuerzos por completar la realización de la película, pues los avances que pretendíamos en la construcción de decorados, personajes y otros elementos se detuvieron por completo. Durante estos dos años de confinamiento nos dedicamos a trabajar a distancia en labores de conceptualización y en las labores más propias del universo digital que compone la película.

El hecho de haber participado y resultar ganadores del FFCC representa para el equipo no solo el incentivo económico necesario para muchas de las labores productivas que de otra forma no sería posible realizar, sino también la alegría de saber que este sueño está cada vez más cerca de materializarse.

Hábleme sobre el equipo que le acompaña…

El nuestro es un team bastante pequeño y joven, pero quienes lo conforman han  demostrado una profesionalidad y calidad humana magníficas, un sentido creativo y compromiso con el trabajo increíbles. Hemos logrado sentirnos compenetrados y cada uno conoce la historia a cabalidad, pues cada uno la ha hecho suya.

Creo que el mayor logro de hacer este trabajo resulta, específicamente, el poder aglutinar un equipo durante tanto tiempo solo con las ganas de hacer una obra con la cual se identifican pese a las dificultades y carencias tanto técnicas como logísticas.

Cabe destacar, de igual manera, que ha sido una escuela, pues cada vez vamos intentando perfeccionar las técnicas y procesos que necesitamos afrontar, y en muchas ocasiones nos hemos enfrentado por vez primera a varias tareas y ha sido exquisito disfrutar de todas las primeras veces que nos han acompañado.

Contamos con el apoyo de DB Estudio, que integra el departamento de sonido de nuestra película, tres muchachas que son excelentísimas sonidistas (Glenda Martínez, Irina Carballosa y Velia Díaz de Villalvilla) y esta será su primera película animada.

También está Kadir González, nuestro compositor musical, que se enfrentó a la creación de música para Condenado a callar y salió airoso con creces ya que es un excelente músico e instrumentista (saxo). Se le sumaron Alejandro García (bajo), Marcos Morales (drum) y Adrián Estévez (piano).

Por otra parte, tenemos a Manuel Okata Pérez, nuestro director de arte y quien obtuvo resultados impresionantes. Gerar Martínez estuvo a cargo del montaje de la película y, a su vez, fue ganador de la tercera convocatoria del FFCC como director con su proyecto No Binario.

Danny García me secunda en la labor de la producción y se le suman Nathali López Pérez y Beatriz Barreira, igual del departamento productivo. Y, finalmente, Josué García, quien es mi director asistente y junto a quien ya tenía alguna experiencia en el mundo de la animación bidimensional, pero nos había sido ajeno por completo una producción en stop motion y 3D de esta envergadura.

Quiero resaltar que Danny ha sido el ojo creativo, crítico y velador de este proyecto dentro del departamento de producción, y es que gracias a ella, precisamente, he podido asumir un doble rol. Sin su participación, Condenado a callar no estaría en vías de resolución de ninguna manera.

¿Cuál cree será el destino del proyecto?

El destino de una obra artística siempre depende de la acogida que tenga por los espectadores. Por tanto, asumir un juicio sobre eso sería demasiado riesgoso. En primer lugar, me gusta pensar que Condenado a callar llegará a recorrer festivales y tendrá, por encima de todo, una buena acogida por el público, pues para eso trabajamos.

Siempre que el mensaje llegue, o al menos haga reflexionar, provoque algún sentimiento o emoción, mueva algún pensamiento, entonces el destino de la obra estará cumplido. Por ahora en lo único que podemos pensar es en concluirla y disfrutar al máximo el proceso para llegar a ese fin tan esperado.

 

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