EDITORIAL: La guerra necesaria

EDITORIAL: La guerra necesaria
Fecha de publicación: 
24 Febrero 2024
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Cuba recuerda este 24 de febrero el aniversario 129 del reinicio de la Guerra de Independencia, como parte de esa única Revolución que, al decir del Comandante en Jefe Fidel Castro, comenzó con Céspedes en 1868 y que Martí impulsó con su labor titánica por la unidad de todas las fuerzas que aspiraban a la libertad plena de un pueblo.

La guerra del 95 ha sido llamada la guerra necesaria, pues no la animaban pretensiones fraticidas, sino el convencimiento de que no había otra manera de alcanzar la independencia de Cuba. España no estaba dispuesta a perder su colonia, y los cubanos tenían ansias más que justificadas de soberanía.

Podía hablarse desde hacía mucho de una nación, sustentada en una identidad y una cultura. La metrópoli la sometía a un indigno estado de dependencia política, que implicaba un menoscabo de los derechos de los cubanos.

El genio político de Martí comprendió que solo la unidad ofrecería posibilidades de concreción a los ideales independentistas. Se consagró a la organización de una guerra enfrentando caudillismos.

En la concepción martiana, la guerra debería alumbrar una república «con todos y para el bien de todos».

Un gran golpe fue la muerte del Apóstol en el campo de batalla. No obstante, los cubanos que libraron la guerra dieron muestras de heroísmo y entrega. Fue la guerra justa de un pueblo contra la dominación y la injusticia.

La victoria fue, en buena medida, escamoteada con la intervención de los Estados Unidos a finales de la contienda. La República que se instauró en 1902 no fue la que soñó Martí. Pero los ideales del más universal de los cubanos no fueron olvidados. José Martí no aró en el mar.

En 1953 la Generación del Centenario honró el legado del Héroe Nacional. La Revolución se radicalizaba. En 1959 los mambises sí entraron en Santiago.

El proyecto de una nación libre y soberana es esencialmente martiano. Y Martí apostó siempre por unir. Es una lección que tiene absoluta vigencia en momentos particularmente demandantes. La Revolución es un proceso. Hay que seguir haciendo Revolución.

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