Ecos del Jazz Plaza: sonidos de Suramérica en La Habana
especiales

Rodrigo Sosa, a estas alturas tan cubano como argentino, ha sido una suerte de anfitrión para el homenaje maravilloso a música gaucha de Brasil en el marco del Festival Internacional Jazz Plaza que acaba de celebrar su edición 40.
La respuesta a por qué involucrarse y compartir este espacio, comienza desde su propia historia, cuando llegó a La Habana para estudiar flauta, pero sin soltar su quena originaria:
“Había que darle un nuevo color a eso, desde el empirismo de la calle, había que sumarle la teoría de la academia, entonces me dediqué a eso durante seis años aquí, cuando estudié en el ISA, me gradué de flauta, pero pasé toda esa información a la quena, y ahí fundé lo que se llama La quenística, que es solamente la visión de la quena de estos tiempos, desde Cuba. Tuve el apoyo de muchísimos músicos cubanos, de Silvio Rodríguez, Omara Portuondo, Alexandre Abreu, gente que me indicó el camino a seguir y me enseñó muchísimo, hasta hoy en día que pudimos hacer el nuevo disco con Roberto Fonseca, que es el productor, arreglista y compositor de todos los nuevos discos de La quenística, así que estoy muy feliz de poder haber logrado un trabajo y un camino muy especial en la quena, que es nada más que una de nuestras flautas del mundo y que se nutre de viajar y de poder entender que lo más importante que tenemos es nuestra raíz, nuestra identidad, nuestro folclore”.
“Así que feliz de estar una vez más en el Festival, trayendo otra gran voz de nuestro folclore, en este caso de Sudamérica, porque en Cuba se admira muchísimo la música brasileña, pero a veces solamente se queda en la mirada del norte del Brasil. Esta es la primera vez en la historia del Festival que viene el sur del Brasil con uno de sus instrumentos y sus referentes más importantes, que es Renato Borghetti”.

Nació en Porto Alegre y ha hecho maravillas con su “gaita ponto”, una variante del acordeón diatónico, desde cultivar todos los géneros del folclore, hasta música clásica y jazz, así que no sorprende el dato aportado por su colega Rodrigo de que se convirtió en el primer exponente de la música instrumental de su región que gana un disco de oro.
“Soy del sur del Brasil, en la frontera con Argentina, la tierra de Rodrigo, y Uruguay y es un placer, una honra poder traer mi música, la música de mi región, de mi tierra, aquí al Festival en Cuba. Brasil es muy grande, entonces, cuando se habla de música brasileña, claro, se recuerda bastante, primero, la samba, que es un ritmo maravilloso y muy brasileño, los ritmos del norte, que son muy conocidos, pero existe un sur del Brasil que no es muy conocido, donde se hace muy frío y también tenemos ritmos maravillosos.
Quiero agradecer a todos la invitación”, expresó Borghetti aún antes de sentir el calor del público cubano.
Lo acompañaron los músicos Neuro Pereira Da Silva Junior y su hijo, Pedro Da Costa Borghetti y tuvieron como invitado a Rodrigo Sosa. El aplauso de un auditorio abundante y atento, dispuesto a sumergirse en los sonidos de una tierra que aprendimos a querer justamente a base de televición, cine y música, fue la más elocuente bienvenida.












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