Día Internacional de los Bosques: Protegerlos es también salvarnos

Denle al vano el oro tierno
Que arde y brilla en el crisol:
A mí denme el bosque eterno
Cuando rompe en él el Sol.

Así escribía Martí en uno de sus Versos Sencillos y hoy, Día Internacional de los Bosques, felizmente siguen siendo muchos los que igual prefieren “el bosque eterno”.

Razones sobradas hay para ello; tantas, que constituyen el medio de subsistencia de cientos de millones de personas en el planeta y suministran bienes y servicios ambientales que resultan indispensables para la vida.

Cerca del 80% de las especies silvestres habitan en los bosques y más de 800 millones de personas viven en bosques tropicales y sabanas en países en desarrollo, destacándose las comunidades indígenas, cuya relación de armonía con ese entorno es todo un ejemplo de sensatez y espiritualidad.

Otras muchas bondades se suman al ecosistema boscoso, que propicia reducción de CO₂ de la atmósfera, el filtrado y almacenamiento de agua dulce para los suelos y regular el clima. 

Pero además de su relevancia para el medio ambiente y la economía mundial, los bosques son también quietud, misterio, mensaje de pureza, de lo fundacional y lo sagrado. Saben hablarnos con esa voz primigenia de la naturaleza que Lezama nos traducía: “Cada árbol es una catedral de hojas y cada hoja, una catedral de estancias”. Si solo fuera por esas razones, ya debíamos agradecerles a los bosques.

Gratitud e ingratitud con las raíces

La Asamblea General de la ONU aprobó en diciembre de 2012, mediante resolución, que cada 21 de marzo fuera declarado Día Internacional de los Bosques, coincidiendo con la llegada de la primavera en el hemisferio boreal y con la del otoño en el austral.

El tema que marca las acciones por este Día Internacional del 2021 es Restauración forestal: un camino a la recuperación y el bienestar.

El motivo de este llamado estriba en que, a pesar de los inmensos beneficios ecológicos, sociales y económicos que reportan los bosques, la desforestación alcanza cotas lamentables, haciendo peligrar la supervivencia de esos ecosistemas. Solo en la última década se han destruido trece millones de hectáreas de bosques en todo el mundo.

La pérdida anual de bosques significa no solo daños relevantes a biodiversidad y a favor del cambio climático, sino también la pérdida del sustento de millones de familias.

Sin embargo, cada año el mundo pierde alrededor de 4,7 millones de hectáreas de bosques debido a la agricultura insostenible, el tráfico de madera, el crimen organizado y el comercio ilegal de especies de animales silvestres, recordaba el pasado 3 de marzo Antonio Guterres, secretario general de la ONU, a propósito del Día Mundial de la Vida Silvestre.

Es imposible un desarrollo sostenible sin la restauración y un manejo también sostenible de los bosques, que ocupan cerca del 30% de la superficie terrestre, según la FAO.

Cuba y sus bosques

El Ministerio de la Agricultura (Minag) de Cuba multiplicaba ayer en Twitter el mensaje de la Representación de la FAO en Cuba en esa red social:

"Este #domingo 21 de marzo es el Día Internacional de los #bosques. El tema para 2021: “Restauración forestal: un camino a la recuperación y el bienestar”.

Recordaba también que los objetivos de este Día Internacional de los Bosques apuntaban a “generar conciencia sobre la importancia de los tipos de bosques”, y también “alentar a los países a adoptar iniciativas en el plano local, nacional e internacional para la organización de actividades relacionadas con los bosques y los árboles”.

También subrayaba los beneficios aportados por los bosques a la salud a partir de su aporte de aire fresco, alimentos nutritivos, agua limpia y espacio para la recreación. Además, indicaba, proporcionan más de 86 millones de empleos verdes y sustentan los medios de vida de muchas más personas.

Estos mensajes destacaban asimismo la importancia de la participación a nivel local para que las comunidades puedan gobernar y administrar mejor la tierra de la que dependen.

En la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), declarada por la ONU, y en la que se inscribe este día especial dedicado a los boques, Cuba continúa impulsando iniciativas a favor de una relación armónica con el medio ambiente.

Esta Antilla Mayor es signataria, entre otros, del Convenio de Diversidad Biológica, del Protocolo sobre las Áreas, la Flora y la Fauna Silvestres Especialmente Protegidas de la Región del Gran Caribe, así como de las convenciones sobre Comercio Internacional de la Fauna y la Flora Amenazadas, y de Especies Migratorias.

En el año 2019, a pesar de las significativas limitaciones financieras, Cuba incrementó su cobertura boscosa, alcanzando un índice de boscosidad del 31,66%. Se creció en más de 17 mil 420 hectáreas y la incorporación de nuevas áreas de bosques naturales fue la fuente principal de este aumento.

Para el año 2030, Cuba tiene como compromiso llegar a un 33 por ciento de índice de boscosidad, como un modo de responder de manera eficiente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, según informó a la ACN Antonio Guzmán Torres, jefe del departamento de Fomento, Manejo Forestal, Áreas Protegidas y Fauna Silvestre del Ministerio de Agricultura.

No obstante, la inédita situación que vive el país, marcada por la pandemia de COVID-19 y también por una compleja situación económica con la impronta del recrudecimiento del bloqueo impuesto por EE.UU. a la Isla, dificulta actualmente la concreción de ese y otros proyectos.

A pesar de las complejidades, los esfuerzos por cuidar de los bosques no han quedado en pausa. Cuba cuenta con un Cuerpo de Guardabosques, del Ministerio del Interior, que el pasado 10 de abril arribó a los 62 años de creado, y que, entre otras misiones, de manera sistemática protege esos ecosistemas e insiste en la necesidad de incrementar la percepción del riesgo que significan los incendios forestales.

La Revolución cubana solo tenía cuatro meses cuando aprobó la Ley No. 239, conocida como el Plan de Repoblación Forestal por el Ejército Rebelde, para que, al propio tiempo que se realizara la Reforma Agraria, se planificara «la recuperación, conservación, fomento y aprovechamiento de los recursos naturales renovables del país, protegiendo los montes, repoblando los suelos forestales y organizándolos como fuentes permanentes de materia prima y trabajo estable, en beneficio de la economía y el progreso general de la nación».

El Cuerpo de Guardabosques se inserta en un sistema integral donde intervienen otros organismos e instituciones estatales que, con sus respectivas acciones especializadas de regulación y control, se complementan entre sí. A sus integrantes les corresponde participar –con sus medios y métodos particulares– en el sistema para el control, la vigilancia y conservación de los recursos naturales del país, en estrecha vinculación con los ministerios de la Agricultura; Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, las organizaciones políticas, sociales y de masas, entre otros factores.

Como de todos son los bosques, a todos compete cuidarlos, porque protegerlos es también otra manera de salvarnos y salvar al planeta.