De Roberto Romero a Greg: un valiente en la pantalla

De Roberto Romero a Greg: un valiente en la pantalla
Fecha de publicación: 
19 Diciembre 2022
0
Imagen principal: 

Por estos días luce sus dotes histriónicos en la pequeña pantalla, en un audiovisual dedicado a la historia de seis estudiantes universitarios dispuestos a desafiar el virus de la Covid-19.

Sobre la acumulación de eventos que lo llevaron a querer esta profesión y descubrir que a esto quería dedicarse para toda su vida rememora: «No lo recuerdo el momento justo, creo que fueron muchos factores los que influyeron, siempre he estado en la escuela, en los matutinos, declamando poemas, escribía obras, las montaba con mis amigos, jugábamos a participar en las novelas y en las películas.

«Me gustó siempre la idea de estar en un escenario y que hubiese un público que me aplaudiera. Era una sensación muy rica para mí el poder expresarme frente a tantas personas. Yo era muy tímido y lo sigo siendo, estar allí encima da un poder y una seguridad increíble», argumenta.

Conozcamos más sobre su trayectoria y también acerca de su participación en la teleserie Valientes en esta entrevista exclusiva para Alma Mater.

— ¿Cómo fueron tus inicios en la actuación?

«Ya desde quinto grado comencé a trabajar en un programa de televisión en Telepinar, una revista infantil que yo conducía, donde hacía una sección que era de Deportes. Me hablaron de una compañía para niños que había en la Casa de Cultura de Pinar del Río que se llamaba Sueños de Ángeles, desde ese entonces comencé a actuar allí, lugar en el cual después fueron mis primeros pasos profesionales y estuve hasta séptimo grado.

«Recuerdo que hacíamos giras por los municipios de Pinar del Río, fuimos a La Habana y a Matanzas, el primer acercamiento de lo que podía ser ya un proceso creativo: tener un texto, ensayar, realizar las funciones y eso me encantaba. Estoy súper agradecido por eso, pues desde niño ya comencé a tener ese rigor de un actor. Muchas veces escribía mis tareas en la escuela para cuando llegara a la casa poder tener tiempo para aprenderme los guiones, estudiar las escenas con la ayuda de mi mamá, eso me dio como un background, una preparación que agradezco muchísimo.

«Luego, cuando estaba en noveno grado me presenté en las pruebas de la ENA y aprobé, entonces vine para La Habana a estudiar. La actuación llegó a mi vida de una manera mucho más rigurosa. Creo que el rigor y algo de técnica que aprendí en la ENA hoy me acompañan y estoy muy agradecido por eso, sobre todo por la disciplina que me dio estar allí. Para ser actor hacen falta vivir vivencias y cuando estamos en la ENA somos muy jóvenes todavía. Pero a pesar de no haberlo entendido del todo me quedé con mucha información que hoy llevo conmigo.

«Uno va creciendo un poco más se va dando cuenta qué es lo que realmente le gusta y por ejemplo esa idea que quizás tuve de niño de querer ser famoso, no es para nada mi prioridad. De hecho, lo que realmente quisiera es ser conocido, pero por el hecho de que ese reconocimiento me dé mejores trabajos, ya la fama y el estrellato no es algo que me interese, de hecho, lo que más hago es teatro que no es el medio que más fama me da».

— ¿Cómo el teatro ha sido el centro de tu creación artística?

«Desde que me gradué de la escuela comencé a trabajar con Carlos Díaz en Teatro El Público, ha sido mi maestro desde entonces. Las tablas han representado para mí todo, principalmente porque da mucho más tiempo para crear, coordinar las cosas tanto con el director como con los demás actores; poder pasar varios meses estudiando la obra, el personaje y luego pararte frente al público y que vean tu verdad, lo que quieres decir, es magia para realizar tu personaje, un proceso que me gusta mucho. Adoro hacerlo, es una experiencia única, cada función es algo nuevo, irrepetible.

«El teatro para mí es la vía de canalizar todo lo que siento y por eso es que me gusta, lo considero imprescindible, más que el cine y televisión, porque es una manera de estar entrenado todo el tiempo, la forma de no enfriarme. Me encanta por supuesto hacer televisión y cine, pero siento que estar en las tablas es como el ying de los actores.

«Trabajo también con otros directores como Marian Montero, Jazz Martínez- Gamboa, Raúl Martín y que me han dado la oportunidad de probar varios géneros en el teatro, lo mismo más físico que psicológico. Estoy súper agradecido por la oportunidad de tener así un campo mucho más amplio y de poder probar otras cosas.

«En el teatro cada proceso creativo es algo nuevo, siempre uno tiene que empezar de cero ante la obra a la que te vas a enfrentar y debes de alguna manera borrar la anterior para entrar a esa como si hubieses nacido.

«Siento que en cada función uno debe transformar al público con su actuación, las personas tienen que salir sintiendo que algo cambió y para eso tienes que pasar por un proceso de comprensión para estar claro de lo que dices, de lo que sientes, es algo mágico. Hacer teatro es como ir al psicólogo, porque tienes que entender cada texto y proceso emocional de tu personaje y eso me encanta.

«Me fascina el hecho de pararme en un escenario y de que 100 personas o más me estén viendo, interpreto mi personaje y me siento con la libertad de expresarme ante ellos, es una manera de liberarme. El teatro es la libertad, es poder hacer lo que no realizamos en la vida.

«Profesionalmente cada obra te va librando de poco, aunque entres a un proceso y tengas que empezar de cero, siempre traes contigo el recorrido que has hecho, el actor de aquella primera obra ya no es el actor de ahora, te va llenando de herramientas que aprendes por el camino y eso cuando además haces televisión y cine, en algún punto te funciona».

— Antes de llegar a Valientes ¿Cuáles fueron tus experiencias en otros medios como la televisión o el cine?

«Realmente no he hecho muchas cosas en televisión, más allá de las oportunidades que he podido tener o no, porque me he enfocado muchísimo en el teatro. Mi primer trabajo en televisión fue cuando estaba en tercer año de la ENA, tenía solo 16, fue en la serie De amores y esperanzas, luego hice una telenovela con Ernesto Fiallo que se llamaba En tiempos de amar. Después trabajé en un teleplay llamado Delantero; una novela con Luberta: Entrega, y ahora estoy en Valientes».

— ¿Cómo llegaste a la teleserie Valientes?

«Heiking, la directora y yo nos habíamos conocido en un taller en la Escuela de Cine en San Antonio de los Baños. Un día me llama y me dice que ella estaba interesada que yo hiciera un personaje en su serie. Estaban realizando un casting con unos muchachos y ella me pidió que participara. El casting terminó, me dio las gracias y me quedé, así como ¿Bueno y ahora entonces qué pasa? Le pregunto. Me dice: No, no, yo quiero que tú hagas este personaje, el único que tengo claro es el tuyo. Así fue como llegué, fue gracias a ella. Estuvimos en el casting durante varios días, yo ya como personaje fijo y con otros cinco muchachos más hasta que caímos el piquete de los seis valientes con Ernesto, Daliana, Lorena, Franklyn y Ángel. Todos nos acoplamos muy bien y nos hicimos muy buenos amigos, fue un proceso de lo más bonito».

— ¿Cuánto tuviste que prepararte para interpretarlo?

«Luego decidimos que tenía que hacer un cambio de look radical y bueno me pelé, me corté el pelo… pero pienso que lo más difícil para mí en la serie fue el tema de los textos, pues hay algunos un poco incómodos de decir y encontrar la manera que esos textos fueran orgánicos, estuviesen relajados y que parecieran dichos por muchachos de esa edad en esa situación, fue de las cosas más difíciles que nos tocó a todos. En los ensayos que tuvimos llegamos a ciertos acuerdos gracias a Heiking Hernández y ella nos ayudó a buscar el mejor camino. Yo creo que eso fue de las cosas más difíciles que me tocó en la serie: ¿Cómo lograr que esos textos escritos por Lil Romero míos, fueran orgánicos?, ese fue el mayor reto».

— ¿Cuán importante crees que es visibilizar historias de vida como la de tu personaje en la televisión?

«El tema de la pandemia fue muy duro para todos porque perdimos a un familiar, un conocido, un amigo… no fue feliz para nadie, pero siento que es justo y necesario el hecho de reconocer la labor de esos jóvenes, del personal médico que sí estuvieron en la batalla, así sea limpiando el vómito como se ve en la serie. Eran jóvenes que estaban arriesgando sus vidas en un proceso donde se conocía muy poco de la Covid-19, no se sabía cuan mortal era, porque Valientes es basada en los seis primeros voluntarios, jóvenes que dieron su paso al frente. Creo que es una serie necesaria por el hecho de reconocer la importante labor de esos seis primeros y de todos los que vinieron después, es doloroso para todos, pero creo que es algo que no se debería dejar pasar por alto y realmente estoy muy orgulloso de haber estado en la serie».

— ¿Pudiste conocer al muchacho que inspiró el personaje que interpretas? ¿Cómo fue la interacción con él?

«No, nunca pude y realmente fue lamentable, pero me hubiese encantado en verdad y hubiera ayudado muchísimo el poder conocerlo».

— ¿Qué te aportó como actor esta serie Valientes?

«Cada vez que trabajo mi meta es hacerlo lo mejor que pueda, estudiar y sobre el camino aprender. Valientes para mí fue un gran aprendizaje, nunca había pasado tanto tiempo grabando, al menos no tantos días seguidos y eso te da un entrenamiento que yo lo agradezco muchísimo, siento que cada trabajo es una escuela y esta serie fue eso, la posibilidad de entrenarme en un medio que no es tan conocido para mí que es la televisión, poder tener 16 escenas al día, eso es fundamental para nosotros los actores, para no enfriarnos. Así que para mí Valientes fue un entrenamiento, una escuela.

«Creo de los valores que tiene la serie es el poder haber actuado con estos cinco muchachos. Como grupo funcionamos muy bien desde el casting y estoy muy feliz, creo que de haber sido con otras personas quizás no hubiese sido así. Nos apoyamos y ayudamos siempre. Estábamos todo el tiempo al tanto de los otros por ejemplo en las madrugadas donde era muy difícil grabar por el sueño, por el cansancio».

— ¿Qué anécdotas pudieras contar?

«En una madrugada estábamos grabando una de las escenas de los primeros capítulos y nos sentíamos tan pero tan cansados a las cuatro de la madrugada, que yo no recuerdo haber grabado esa escena, la grabé dormido, pero no la recordaba. La vi y salió, pero seguí sin recordar el momento en que la filmé, precisamente porque teníamos muchos días seguidos grabando, fue muy trabajoso. Quien piense que hacer televisión es sencillo le digo yo que no lo es».

— ¿Estás satisfecho con el resultado?

«Soy muy autocrítico y siempre estoy corrigiéndome todo, no me gusta ni verme en la pantalla, porque es saber que voy a realizar todo un estudio profundo de lo que debía haber hecho y no hice. De alguna manera sí estoy muy contento de ver algo que estuvimos preparando tanto tiempo. Encontrarlo ya materializado en escenas y recordar en ese momento el trabajo que se pasó o lo que sucedió ese día me da, por supuesto, mucha alegría».

— ¿Pudieras hablarnos de otros de tus proyectos actuales y futuros?

«Bueno, ahora mismo en el teatro voy a comenzar a ensayar La señorita Julia, bajo la dirección de Jazz Martínez Gamboa y empezaré a hacer una telenovela también bajo la dirección de Ernesto Fiallo que se graba de diciembre a abril».

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.