Cuba: Soberanos de patria y ciencia 

Cuba ha demostrado una vez más, e inmersa en estos tiempos convulsos de pandemia, su potencialidad en el campo de la ciencia y la innovación. La Revolución cubana deja una huella perpetua en la historia de la humanidad. En nuestro caso, no solo se han aplicado alternativas propias de tratamiento; también se aspira a inmunizar con nuestros propios esfuerzos.

Gracias al protocolo cubano, dígase, en este caso, la gestión gubernamental, el índice de contagios y decesos por COVID-19 se ha comportado por debajo de la media de otros países de la región y otros continentes, hecho que ha dado lugar, incluso, a que desde afuera se dude de la cifra.

Por otro lado, el sistema de salud cubano ha asumido las más precisas pautas y fármacos para el manejo clínico de los casos positivos, maniobras preventivas y terapéuticas para los contactos y grupos más vulnerables, las pesquisas activas, entre otras medidas epidemiológicas. 

Hoy día, la máxima preocupación de cualquier persona en el planeta que conciba cierto respeto al nuevo coronavirus y lo asuma con racionalidad oscila dentro de dos variantes: una, no contagiarse, y la otra, cómo inmunizarse y qué garantías ofrece esa vacuna a largo plazo.

Ya algunas naciones han empezado la complicada y posiblemente larga tarea de vacunación. Sin embargo, la monopolización de algunas vacunas, como lo ha hecho EE.UU., y la baja disponibilidad de estas, en sentido general, no avizoran una solución global a la mano para todos. El panorama crítico internacional demanda del aporte y unidad entre todos.

¿Cómo se prepara Cuba, desde La Habana, para el futuro inmediato de esta pandemia?

Asediada por un violento bloqueo económico, comercial y financiero de origen norteamericano, esta pequeña isla, posiblemente, será la primera en América Latina en lanzar una vacuna propia contra la COVID-19. Cuba cuenta con cinco candidatos vacunales, en diferentes etapas de ensayo clínico, y prevé en agosto contar con todas las dosis para inmunizar a toda su población.

Las entidades científicas encargadas de velar por el desarrollo y evaluación de estos candidatos vacunales se encuentran desde hace pocas semanas enfrascadas en La Habana en el estudio fase III de la vacunación con Soberana 02 y Soberana 01A.

Para ello, fue seleccionado un grupo de personas, exactamente unas 44 010, en el rango de 19 a 80 años de edad, que recibirán dos dosis de la Soberana 02 cada 28 días, mientras que a otros, además de esas dos, se les aplicará otra de refuerzo con Soberana 01A.

Dentro de la investigación, habrá sujetos que recibirán placebo; no obstante, al finalizar el estudio, se les vacunará con el candidato de mayor probabilidad de éxito. En todo momento, los implicados contarán con un seguimiento y la atención médica necesaria, de acuerdo con los protocolos.

Hasta este instante, la mayoría de quienes han recibido la primera dosis de la Soberana 02 apenas han sentido un leve dolor en el área del pinchazo, enrojecimiento o calor, y no se constata la aparición de un evento adverso grave relacionado con el candidato vacunal. 

Los participantes, que de forma voluntaria decidieron involucrarse en este proceso, que tiene como objetivo “demostrar la capacidad de candidatos vacunales Soberana en la prevención de la enfermedad causada por el SARS-CoV-2”, inconsciente y conscientemente han demostrado la seguridad que sienten y que tienen la ciencia y salud pública cubanas.

No son pocos quienes, a nivel global, se mantienen quietos en base ante la indecisión que experimentan por vacunas que ya han provocado fuertes efectos adversos, y en peores casos, la muerte, y prefieren no ser utilizados como “conejillos de india”, aunque todos esos medicamentos fueron previamente autorizados por las autoridades pertinentes para su uso. 

La Revolución, desde sus orígenes, fue y es por y para todos

Con el triunfo de la Revolución en el año 1959, Cuba dio un vuelco al por qué de la nación, y otorgó independencia y derecho a todos sus ciudadanos a una salud gratuita por igual para todos. La calidad de vida de los cubanos cambió de la noche a la mañana.

Las campañas de vacunación masiva emergieron. Múltiples enfermedades que atentaban contra la salud y originaban anualmente miles de fallecimientos pasaron a ser erradicadas. La atención del médico de la familia significó poder proveer de atención a cada comunidad, así de apartada estuviera.

Actualmente, desde los diferentes territorios, en esta capital, con la Soberana, y en el oriente cubano, con el otro candidato, nombrado Abdala, los científicos cubanos tienen previsto analizar y demostrar la eficacia y seguridad de esas vacunas para ser empleadas en un futuro próximo.

El pueblo cubano quedará totalmente inmunizado del SARS-CoV-2 antes de que culmine este 2021, por lo cual se podrán reiniciar actividades económicas casi en pausa como el turismo, y la ayuda traspasará fronteras, dado por nuestra cultura de solidaridad e internacionalismo. 

De lo que somos capaces de hacer y de lograr, a pesar de nuestras dificultades, de la máquina pensante de los hombres de ciencia en Cuba, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, habló hace casi 20 años, en diciembre de 2002, en un acto en la Escuela Latinoamericana de Medicina.

Fidel Castro Ruz pronunció, en ese entonces, que “somos un país pequeño, pero este país pequeño ha podido demostrar cuánto se puede cuando se quiere, cuánto se puede si los recursos humanos de cualquier país son bien utilizados. … hoy este pequeño país es indispensable si se quiere librar verdaderas batallas contra enfermedades que amenazan con la desaparición de naciones enteras o, incluso, regiones enteras de determinados continentes”.