Cuba: Sin casos de Covid, pero manteniendo el control

Por primera vez desde que el 11 de marzo se detectaron los primeros contagios por el nuevo coronavirus, Cuba vivió este lunes su primer día sin ningún nuevo caso detectado de contagio.

Ni pacientes en estado crítico, ni grave, y tampoco fallecidos fueron las buenas noticias que matizaron la jornada de lunes, cuando permanecían solo 612 personas ingresadas bajo atención y vigilancia y 38 pacientes confirmados como positivos a la Covid-19, las estadísticas más bajas desde que la epidemia alcanzó en abril sus cotas más altas.

 Todo esto es resultado del trabajo seguido en esta Isla para la prevención y el control de la COVID-19, encabezado por los máximos dirigentes del país y con el concurso de todo un pueblo.

Ahora se resume en dos oraciones, pero vendrán libros, películas, ensayos, pinturas, más canciones… y nunca será suficiente para recoger cuánto de esfuerzo, tensión, responsabilidad y amor al prójimo anidan en estas cifras.

Precisamente porque ha sido tanta la entrega, hay que mantener lo conseguido sin fundar falsas expectativas: el peligro podría permanecer latente.

Por eso, ahora que la mayor parte del territorio nacional –salvo La Habana y Mayabeque- transitan ya por la tercera fase de la primera etapa de la recuperación, el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez convocaba a continuar trabajando sin descanso y con todo rigor en el cumplimiento de las medidas que garantizan al país mantener bajo control la enfermedad.

Abundan los argumentos que sustentan la exhortación del Presidente. Las posibilidades de rebrotes existen, y no son pocos los ejemplos nivel global que, al comenzar la desescalada, han vivido, lamentablemente, un retroceso en el control del virus.

Ello, mientras nuestro continente se ve inmerso en su peor momento epidemiológico y también económico desde la aparición de la pandemia.

Cuba continúa dando muestras de solidaridad con la región y con otras latitudes del mundo. Hace falta que los habitantes de esta geografía antillana sigan también siendo solidarios con sus coterráneos, lo que equivale a ser responsables para con los demás y con uno mismo.

Solo de ese modo, más temprano que tarde, estos tiempos difíciles serán un mal recuerdo y también un aprendizaje.