Comunidad: renovar desde la tradición

Comunidad: renovar desde la tradición
Fecha de publicación: 
13 Abril 2024
0
Imagen principal: 

El elenco de Comunidad en uno de los salones del Conjunto Folklórico Nacional. Fotos: Claudio Peláez Sordo

En el Conjunto Folklórico Nacional el tiempo se hace corto por estos días. Se prepara el más ambicioso estreno de los últimos años en la compañía. El joven director de la agrupación, el primer bailarín Leiván García, es el coreógrafo de Comunidad, un gran espectáculo que debe subir al escenario de la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba desde el 3 de mayo.

No es coser y cantar. Se trata de una propuesta integradora, en la que confluirán varias expresiones y formatos artísticos. Y será, de alguna manera, muestra de la renovación por la que apuesta la principal compañía de las danzas populares y tradicionales cubanas en su proyección escénica.

García afirma que con Comunidad se pretende homenajear al primer espectáculo del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, en el año 1963.

«Nos propusimos investigar en el repositorio del Conjunto, sus piezas, procesos creativos y tradición como fuentes posibles para el montaje de la pieza. Intentamos sistematizar un tipo de entrenamiento corporal y creativo que tributara a la renovación estética de la danza folclórica partiendo de otras fuentes escénicas», dice.

Para eso —considera—, era necesario investigar en métodos actuales sobre nuevas posibilidades sonoras, musicales y visuales para la danza folclórica, para generar estructuras espectaculares y dramatúrgicas que permitieran cruces oportunos entre la danza, el teatro y el audiovisual.

Como se ve, es un empeño demandante. Leiván cree que es imprescindible abrir espacios a nuevos productos escénicos interdisciplinarios desde una estética más contemporánea de la danza folclórica.

El tan llevado y traído debate sobre la contemporaneidad de la danza folclórica escénica. Leiván García es participante habitual en coloquios y paneles sobre el tema. Pero la mejor manera de decir es hacer.

«Aquí pretendemos explorar los límites entre lo clásico y lo folclórico, la danza, el teatro y el audiovisual. La obra abordará temas álgidos de nuestra cultura para exponerlos y cuestionarlos desde la ficción y el movimiento, la música y la imagen».

Ante la perspectiva del montaje, García se hizo varias preguntas. «El baile folclórico siempre demandará del cuerpo una energía, una presencia y una plasticidad en la escena muy particular, pero, ¿cómo ese lenguaje místico, técnico y estético componen un resultado contemporáneo sin perder sus orígenes? ¿Cómo establecer un discurso crítico ante el racismo y otras problemáticas de nuestro tiempo?

«No solo se trata del color de la piel. Las costumbres, creencias, la historia misma y el enfoque artístico pasan por el racismo que habita en la escena dancística. Muchas veces de manera explícita; otras, por caminos menos visibles.

«Los "grilletes" vuelven a esclavizarnos, ahora el hierro y el cuero fustigan los lenguajes y los modos, los espectáculos, e incluso las políticas culturales».

Pudiera parecer una afirmación extrema, asumiendo la contundencia de las políticas públicas sobre el asunto. Pero la ley es mucho más que el papel. Y el arte puede contribuir.

La lidia es también estética, y son tiempos de enfoques interdisciplinarios.

«Por eso la música tradicional coexistirá con una orquestación clásica; juntas develarán los misterios congos, los ritmos y cantos tradicionales. La Orquesta Sinfónica Nacional, junto al maestro Alejandro Falcón, interpretarán una obra que consta de tres movimientos. La inspiración de esa pieza está en la música tradicional perteneciente al culto religioso conocido en Cuba como Regla Palo-monte. El Coro Nacional, bajo la dirección de la Maestra Digna Guerra, recreará los cantos tradicionales de una de las manifestaciones llegadas a Cuba de tierra bantú: la Yuka».

Nadie se ha planteado una ruptura con la tradición. Pero la tradición no es un ente inamovible. La compañía tiene que marchar con los tiempos.

«El sentido primigenio del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba fue el trabajo de investigación en las raíces culturales. Y siempre se puso atención en la actualidad, que es evidencia de los cambios históricos y sociales, que inevitablemente inciden en el espectador y exigen a la escena concebir nuevas formas de pensar su construcción.

«Es necesario cuestionar la relación entre el espectador y el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, atender la falta de interés de los nuevos creadores por recuperar la fuerza creativa que identificó a la institución en sus primeros veinte años, reconocer la capacidad de gestión y los grandes logros coreográficos, y recuperar el espacio que le corresponde a una compañía nacional».

Leiván García no está solo ante tantos desafíos. Se siente arropado por su equipo: bailarines, maestros y técnicos.

«En estos tiempos es necesario reconstruirse como creador, hay que repensar los procesos para resignificar sentidos de la labor escénica».

Por ahí va Comunidad..., habría que ver la manera en que va abriendo caminos.

El espectáculo se presentará el 3 y el 4 de mayo a las 7:00 p.m. y el 5 a las 5:00 p.m., en la sala Avellaneda del Teatro Nacional. 

Leiván García, coreógrafo y director del Conjunto Folklórico Nacional
Comunidad. Foto: Claudio Peláez Sordo
Comunidad. Foto: Claudio Peláez Sordo
Comunidad. Foto: Claudio Peláez Sordo
Comunidad. Foto: Claudio Peláez Sordo
Comunidad. Foto: Claudio Peláez Sordo
Comunidad. Foto: Claudio Peláez Sordo
Comunidad. Foto: Claudio Peláez Sordo

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.