Caso Pedro Álvarez: rectificar es de sabios
El caso del lanzador espirituano Pedro Álvarez mantuvo caliente el ambiente beisbolero en Cuba en las últimas semanas, y no sin razón.
Para resumir lo más brevemente posible, el jugador tuvo desavenencias con los directivos de su provincia y decidió no jugar más béisbol. Sin embargo, luego recibió una llamada del director de Industriales, Guillermo Carmona, y accedió a integrar la nómina del equipo azul si así se determinaba. Pero entonces comenzaron las trabas, porque la provincia le negó el permiso y parecía que el serpentinero pasaba al retiro, con apenas 26 años de edad. No sé si por presión popular, o por sentido común, en las últimas horas se hizo público que no habría obstáculos, y si Industriales quería colocarlo en su rotación podría hacerlo sin ningún problema.
Así, en concreto, fue la zozobra vivida en los últimos meses por el diestro del Yayabo, que ya reforzó a Industriales en una campaña anterior y se sintió muy bien vistiendo ese uniforme, razón por la cual accedió a revertir su decisión de dejar la pelota.
Las autoridades de su provincia natal se basaron en las normas vigentes de que para que uno de sus peloteros juegue en otro plantel tiene que tener su autorización, o esperar dos años para ser liberado. La normativa se impuso hace unos años para evitar el robo de talentos que en algunos casos llegó a ser evidente en algunos territorios que explotaban su mayor poderío económico.
No obstante, este caso era completamente distinto, pues no era la intención del jugador mudarse a otra parte en un principio. Siempre planteó que las desavenencias con el alto mando de Sancti Spíritus le forzaban al retiro, así sin más, y ya se encontraba laborando como entrenador en un combinado deportivo. En ningún momento dijo que cambiaría de camiseta, y el giro surgió no por parte suya, sino de la novena capitalina, que decidió llamarlo.
Lo que estaba en riesgo era perder a uno de los mejores brazos jóvenes del país, precisamente cuando es calidad en el área monticular lo que más escasea, y no podemos darnos el lujo de dejar escapar a un muchacho que sentó cátedra desde las categorías inferiores, siendo casi siempre el abridor de cabecera en su equipo.
Es verdad que en nuestra pelota elite su rendimiento no fue tan bueno, pero su juventud permite pensar que tiene mucho margen de mejora, y las circunstancias que rodearon su “retiro” apuntan a que su cabeza no estaba ciento por ciento en el montículo.
No sé si sus números serán los ideales con Industriales, pero sí estoy seguro de que lo dará todo y ya eso de por sí hace que merezca la pena esta oportunidad que se le está dando.
Como dice el viejo refrán, rectificar es de sabios, y en este caso específico la Federación cubana mostró la sabiduría, la madurez y la flexibilidad que le ha faltado en ocasiones anteriores. Espero que sea la tónica a partir de ahora en todo su accionar, sin que esto signifique, por supuesto, la falta de seriedad en los traslados de peloteros.
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Constructor82
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