Cambios en el judo cubano
especiales
Iván Felipe Silva (azul)
El judo cubano arrancará el 2025 con algunos cambios importantes, quizás más de los que se esperaban en un cambio de ciclo olímpico, marcado siempre por el relevo generacional.
Tras los retiros esperados ocurrió el primer cambio en las oficinas, donde fue nombrado Andrés Taño como comisionado nacional.
Realmente no es sorpresa ni mucho menos, pues se trata del secretario general de la Federación Nacional, y un hombre ligado a este deporte por décadas, incluso jefe de delegación en algunas competencias internacionales en los últimos tiempos.
También ha estado al frente de la organización de eventos importantes celebrados en nuestro país, como el Carnaval de judo de varadero, por ejemplo.
Rafael Manso se mantiene como presidente de la Federación cubana, cargo desde el cual ha puesto en alto el nombre de Cuba en los foros planetarios y conseguido el respaldo de la Federación Internacional de la disciplina en disímiles ocasiones, en este contexto de tantas dificultades económicas.
Para ambos queda la máxima responsabilidad de que el judo cubano se reponga del duro revés sufrido en los Juegos Olímpicos de París 2024, al romperse una racha admirable que había comenzado en Barcelona 1992 de ganar medallas en cada edición bajo los cinco aros.
Pero el más mediático de los cambios será el de división de Iván Felipe Silva, una de las principales figuras de este deporte en la última década.
El subcampeón mundial de Bakú, Azerbaiyán en 2018, doble monarca panamericano y centroamericano, dominó por varios años la división de hasta 90 kilogramos en los certámenes continentales, pero ahora se muda a la categoría inmediatamente superior.
Con la deuda en su mente de una presea en unos Juegos Olímpicos, a sus 28 años de edad el matancero decidió subir a los 100 kilos, para no tener que bajar tanto de peso como en los últimos tiempos, que ya le ponían bastante complicado mantenerse en los 90.
El momento ideal es ahora, que se hace borrón y cuenta nueva, pues antes hubiese representado perder los puntos en el ranking mundial que le llevaron a París 2024.
Su nueva categoría le exigirá mayor fortaleza física, y lo más importante será que al ganar masa muscular no pierda demasiada velocidad, que será su arma fundamental seguramente.
Del ciclo anterior deben mantenerse él, Andy Granda (más de 100) y el joven Jonathan Charón, quien estuvo cerca de llegar a la Ciudad Luz en los 60 kilos, pero entró tarde en el ranking.
En tanto, del femenino tenemos ahora como principal figura a Maylín del Toro (63), quien deberá asumir su rol de veterana para acoger a las nuevas muchachas que inevitablemente serán mayoría en la nómina.
Son las novedades del judo cubano para 2025, que será crucial para ir delineando lo que puede ocurrir en los Olímpicos de Los Ángeles 2028.
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