ARTE: Tatuajes (+libro)
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Imagen tomada de https://www.pexels.com/
¿Quién nos iba a decir, hace algunos años, que los tatuajes pasarían de ser renegados a estar a la moda? Tantos siglos hace que existe esta práctica, antes de Cristo, y solo ahora es que se encuentra en su momento de esplendor, y hasta cuenta con un día para celebrarlo, el 17 de julio.
¿Quiénes usaban tatuajes hace pocas décadas? Marineros, convictos. Es lo que nos decían, que los tatuados no eran personas de bien, que eran marginales, gente problemática, pandilleros, y entonces mentalizábamos a los maras, que se identifican por sus pieles dibujadas de modo grotesco, muchos con tendencia al horror vacui.
Además, hemos estudiado que también era una técnica para "marcar" como al ganado a grupos de individuos prisioneros en la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo. Esto lo leí en un libro biográfico que recomiendo, aunque se refiere a otro tema, El tatuador de Auschwitz.
De vuelta al tatuaje de valor como expresión decorativa, primero, su historia. Es difícil definir cuándo surgió, pero existen evidencias de que ya se realizaban en la antigüedad, probablemente relacionadas —estiman— con rituales religiosos y de protección, o como representación de estatus social, linaje, tribu, logros y poder.
Desde los egipcios de antaño, los polinesios, los asiáticos, hasta la América precolombina y la Europa antigua, en todas las culturas fue una práctica extendida. El testimonio de este tipo de labor más alejado en el tiempo llegó en 1991 con el hallazgo de Ötzi, el Hombre de Hielo (≈3300 a.C.).

Detalle en la momia Ötzi, pastor de la era neolítica, hace cinco mil años. Las investigaciones aún no confirman si sus tatuajes fueron hechos con fines cosméticos o como expresión de rango, o si responde a una especie de acupuntura para aliviar dolores porque la mayoría los tiene ubicados en región de articulaciones.
Imagen tomada de https://www.subdermo.com/
El estudio de esta momia encontrada en los Alpes entre Austria e Italia sugiere que ya hace siglos se tatuaba, pues su cuerpo contiene 61 dibujos, pequeñas líneas y símbolos que aún son un misterio para arqueólogos sobre significado y procedimiento.
Desde la Edad de Piedra, y muy lentamente, el tatuaje se popularizó en todo el mundo. Sin dudas el tiempo debilitó su condición disruptiva, pasó por épocas de ser mal visto y estigmatizado, hasta que su masificación en la contemporaneidad levantó su valor cultural, le hizo ser considerado arte corporal. En parte, esto fue posible por la evolución de las técnicas, cada vez más refinadas.
Es probable que existiera incluso antes, en el Paleolítico. Sus funciones han variado. En la actualidad es una forma de expresión e identidad. Está de moda e incluso se realizan concursos, festivales y exposiciones porque el tatuaje hoy se considera arte.
Muchas personas nunca pensaron llevar alguno y hoy cambiaron de idea. Los hay para todos los gustos, de gran formato, delicados y minimalistas, con tintas fluorescentes, realistas tipo fotografías, geométricos...
A menudo una pregunta es sobre su significado. Sin embargo, a veces los dibujos corporales son solo estéticos porque gusta determinado símbolo, y ya. Otra crítica es sobre el arrepentimiento y el cómo se verán en la ancianidad cuando —dicen— la piel parecerá un pergamino estrujado porque los tatuajes se deformarán por la flacidez, la pérdida de composición corporal y el deterioro de la tinta después de muchos años.

Imagen tomada de https://www.pexels.com/
Es cierto, nunca se verán como recién acabado. Por eso se recalca cuidarlo. Es esencial hacerlo con expertos que garanticen higiene, calidad de los productos y destreza. Pero antes de decidirlo hay que considerar estar seguro, no hacerlo por embullo; escoger el diseño, el tamaño y el lugar ideal porque después de hecho, será para siempre. Aunque existen técnicas para borrarlo, afirman que son muy dolorosas y no accesible para todos.
Después de tatuada la piel hay que cumplir con indicaciones para su curación perfecta, pues hasta los más pequeños son heridas y pueden infestarse. Al principio conviene tener el área muy limpia y seca, algunos aplican cremas específicas según la indicación del tatuador, y lo más importante es protegerlo del sol e hidratarlo desde el primer día y para toda la vida. Esto garantizará que mantenga sus colores.
Tatuarse es una decisión muy personal y afortunadamente hoy se encuentran excelentes estudios y profesionales que hacen verdaderas obras de arte dignas de museos.

Este es un tatuaje que recrea con mucha fidelidad la pintura Madre e hijo (1905) de Gustav Klimt (Austria, 1862-1918). Imagen tomada de https://www.elle.com/












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