«Ahorra hoy el agua de mañana»

Hay veces en que no es hasta que nos toca y afecta el problema que empezamos a concientizarlo. Por ejemplo, el de la sequía en nuestro archipiélago, y para ser más exactos, en La Habana, a pesar de que es analizada reiteradamente en espacios informativos y especialistas explican en torno a ella, la verdad es que no todos logran entenderla en todas sus dimensiones y afrontarla con las medidas pertinentes para minimizarla.

Pero si de reglas de ahorro de este recurso natural se trata, ahí tenemos a Vita, la vecina más longeva de un edificio en el Vedado, experta en trucos y estrategias para alargarle la vida útil a un cubito de agua, sobre todo en estos meses, cuando la situación deja secos cisternas y tanques, y los vecinos quedan a la espera de pipas cisternas, insuficientes y en extremo costosas por el combustible como para abastecer tantas zonas afectadas. 

A Vita no hay quien le haga cuentos con el agua, desde hace décadas la situación que se vive en la zona baja del Vedado es como una total contradicción ante la cercanía a tan solo metros de tanta agua, pero de mar, sin embargo, cuando la sequía entra en su peor faceta durante meses no cae a la cisterna ni una gota, aunque en la acera de enfrente la vecina pueda regar con manguera todo su jardín.

Años recientes, en el 2020 y 2021, el sábado y domingo eran días de glorias. Un desfile de pipas y el sonido de los motores para impulsar el agua animaban a todos en casa para empezar la carrera, guardar agua en cualquier recipiente, desde tanques auxiliares, cubos, tanquetas, cazuelas, pomos plásticos, lavar la ropa sucia, limpiar el trillo de la casa y los baños en tiempo récord y si daba un poco más, regar un poquito las plantas.

Durante esos primeros meses de pandemia, encarar la situación epidemiológica sin poder llevar una buena higiene ante el déficit del ingrediente principal, el agua, fue verdaderamente desafiante y estresante, no obstante, este 2022 ha encarado los meses de marzo y abril, con un abasto por gravedad muchos mejor que los anteriores, sin fines de semanas de estrés, a pesar de pequeños fallos que han provocado subidas de presión. 

Aunque esta mejoría se debe a las obras y arreglos que se han realizado en embalses y conductoras, cosa que el pueblo agradece, y el agua ya no es tanto tema de disgustos, al menos para los habitantes de Calzada y J, el ahorro deberá ser siempre una filosofía de vida con uno mismo y el medio ambiente si queremos que su estado no represente una amenaza para todos los seres vivos que habitamos en este planeta Tierra.